Es la casa de te más antigua de toda la patagonia y un lugar muy visitado, tanto por turistas como locales, para disfrutar de las hermosas vistas al Lago Lácar. Casi salida de un cuento, esta casa de madera se erige en lo alto de una de las laderas que rodea San Martín de los Andes lo que permite obtener diferentes panorámicas tanto de la ciudad como del entorno natural que la rodea. Pero, ¿por qué se llama Casa de té Arrayan (o mirador Arrayanes) si en esta zona de la Patagonia no hay ejemplares de este árbol?
San Martín de los Andes: historia de la Casa de té Arrayan
La casa de té y hostería Arrayan está ubicada en uno de los puntos panorámicos desde dónde se puede observar el Lago Lácar y todo San Martín de los Andes.
La historia se remonta a 1939, cuando la propiedad fue adquirida por Rene Dickinson, una joven inglesa de 26 años que decidió traer las costumbres de su país e inauguró la primera casa de te en la Patagonia. Este espacio a orillas del Lago Lácar enamoró a la joven inglesa que tenía una característica física que llamaba la atención: su pelo enrulado de color castaño colorado que se podía asociar a la tonalidad de los troncos de arrayanes tan comunes en el sur argentino.
Dickinson adquirió la propiedad en 1936 y tres años después la cedería, en parte, al Parque Nacional Lanín para abrir la casa de té. El espíritu libre y aventurero de la joven la terminó vinculando para siempre con San Martín de los Andes. En Inglaterra ella era actriz y modelo pero ese viaje a la Patagonia le cambió la vida y decidió emprender su nueva vida a orillas del Lago Lácar. El turquesa del agua y el verde de los bosques patagónicos fueron acompañados por un nuevo color: el marrón de la madera de cipreses con la que construyeron esta propiedad.
Alejandro Bustillo, quien también estuvo a cargo del diseño del Centro Cívico de Bariloche, le dio vida a esta Casa de Te sobre el Cerro Coronel Díaz. Rene fallecería solo cuatro años después y la propiedad pasó a manos de su familia. En los años que la Ruta 40 era un camino de tierra entre los cerros sanmartinenses, la casa se volvió un refugió de paso para miles de viajeros. Sin embargo, con la construcción del acceso pavimentado a orillas del Lago Lácar, las cosas cambiaron.
Una nueva realidad para la primer casa de té en la Patagonia:
En los años 90 la propiedad fue adquirida por un grupo inversor que le dio nueva vida. Manteniendo la esencia original de la casa de Dickinson y conservando la fachada original, el lugar volvió a convertirse en un punto turístico muy visitando de San Martín de los Andes. Incluso el Municipio la declaró patrimonio histórico y arquitectónico de la ciudad. Actualmente es uno de los sitios más visitados y siempre recomiendan reservar con anticipación para conseguir lugar.
A más de 80 años de su inauguración, Arrayan sigue siendo uno de los sitios emblemáticos de la Patagonia a la hora de tomar te. Su carta gastronómica no se limita solamente a esta infusión de origen inglés sino que también se ofrecen distintas variedades de cafe, jugos y chocolatadas. Los turistas pueden elegir la degustación del lugar en la que se ofrecen las diferentes tortas y masitas de panadería que se realizan en la Casa del té.
La experiencia no se limita a la gastronomía sino que las hermosas vistas que enamoraron a Dickinson a fines de los años 30, aún continúan emanando su encanto. Los turistas que ascienden hasta la Casa del Té pueden disfrutar de las panóramicas vistas que ofrece el Mirador Arrayán desde dónde se pueden observar tanto en Lago Lácar como el centro de la ciudad.