La Costa Atlántica de Río Negro es principalmente visitada durante el verano pero, debido a la amplia oferta de atractivos que ofrece, permite vivirla el resto del año y disfrutar de actividades al aire libre en las playas de la región con un sinfin de propuestas inolvidables.
A orillas del río Negro, sobre la margen este del territorio provincial, Viedma esta ubicada entre un sorprendente escenario natural que durante el otoño tiñe de colores los paisajes ribereños y convierte a la ciudad en una locación mágica para disfrutar distintas actividades, como travesías náuticas, caminatas o paseos en bicicleta.
A su vez, la capital provincial está marcada por el paso de San Artémides Zatti y Ceferino Namuncurá, dos figuras trascendentales que dan origen a la oferta de Turismo Religioso en la ciudad que cautiva a los visitantes con la vida de estos históricos personajes.
Tranquilidad a orillas del mar, en Río Negro
Las tardes cálidas de otoño son la oportunidad ideal para recorrer las playas rionegrinas y disfrutar la tranquilidad de los balnearios que conforman el Camino de la Costa, una ruta escénica que nace a 30 minutos de la capital rionegrina y se extiende por más de 180 kilómetros en los que el agua y el cielo se fusionan con los acantilados.
En este sentido, El Cóndor cuenta con la combinación de agua, extensión y costas bajas que la transforman en uno de los lugares ideales para practicar deportes de viento. Pese a esto, el balneario también alberga más de 100 especies de aves, lo que vuelve al avistaje de avifauna una alternativa increíble que se suma a los distintos sitios memorables dignos de conocer como el Faro Río Negro, el más antiguo de la Patagonia, o el Memorial de Malvinas, que se erige a orillas del acantilado, ambos sitios a los que se puede llegar a pie mientras se aprecia el entorno.
Siguiendo este recorrido, se destacan El Espigón, la playa elegida para surfear en la inmensidad de las olas y Punta Bermeja, un reserva donde se encuentra una de las colonias de lobos marinos más grandes del continente, que se une a la interesante fauna que reina en el lugar para brindar un espectáculo único ideal para disfrutar en familia.
Luego, surgen una serie de playas vírgenes como Bahía Rosas y la encantadora Bahía Creek, recientemente aclamada en los medios nacionales por tratarse de un pequeño y tranquilo paraíso en el que los acantilados pierden altura y dan paso a una bahía de aguas claras y cristalinas. La travesía finaliza con el paso por Pozo Salado hasta llegar a las encantadoras playas de Puerto del Este.