Todo parece indicar que el gobernador de Neuquén, Rolando Figueroa, ordenó acelerar los sumarios que recaen sobre aquellos que incurrieron en faltazos e inconductas. El hecho es que, en el filo de la última semana, despidieron a otros tres infieles. Dos fueron tildados de ñoquis y el otro de desacatado.
Neuquén: La "purga de ñoquis" se intensifica
Dos del Registro Civil y uno del servicio Penitenciario, quedaron afuera por faltazos e inconductas
Una de las despedidas es la ahora ex agente del Registro Civil, Erica Diolinda Barros quien -al parecer- no supo valorar lo que tenía: la planta permanente, que cualquiera quisiera tener. En el sumario se dio por acreditado que no se presentó a trabajar y que, en consecuencia, hizo abandono del cargo. Eso ocurrió entre el 2 de enero y el 30 de junio de 2023, durante la gestión del ex gobernador Omar Gutiérrez.
También al Registro Civil pertenecía un ahora ex planta permanente al que se identificó como Sergio Nicolás Kochereschuk y al que le endilgaron haber pasado cuatros años en presunta condición de ñoqui. Quienes trabajaron en el sumario consideraron confirmado que sus inasistencias injustificadas se extendieron desde octubre de 2018 a idéntico mes de 2022.
Los dos tuvieron oportunidad de defenderse. Pero no lograron convencer. Lo mismo ocurrió con un ahora ex cabo Penitenciario, al que identificaron como Gabriel Alfonso Añiñil. Le acreditaron incumplimiento de las normas y reglamentaciones que rigen la conducta y disciplina que deben tener quienes dependen de la Policía. Se asegura que sus incumplimientos fueron correspondidos con 67 días de arresto policial, con los que lo castigaron entre el 21 de septiembre de 2022 y el 7 de junio de 2023. Hace unos días lo echaron.
Estos despidos forman parte de las políticas que puso en marcha Figueroa para eliminar los gastos innecesarios del Estado y reforzar las partidas presupuestarias de las áreas esenciales. Corren nuevos tiempos y rige la decisión de hacer cumplir las obligaciones.
Estos tres nuevos casos se suman a otros. Uno de ellos con un castigo más severo que la cesantía; es decir, el de la exoneración. Eso recayó sobre un tal José Lucas Alarcón, quien pertenecía al Instituto Provincial de Educación Terciaria N 1, de la ciudad de Neuquén. Era portero. En el sumario dieron por comprobado que realizó tachaduras en el libro de asistencias, para esconder sus incumplimientos con los horarios. También que insultó y amenazó a su jefe cuando este le reprochó sus procederes. El expediente se lo habían iniciado durante el gobierno de Gutiérrez.
Otros dos despedidos pertenecen, o pertenecieron en algún momento, al submundo del hampa. Se trata de Julio César Blanco y de Juan Carlos Santana, a quienes despidieron por tener condenas judiciales. A este último se le endilga una relación “militante” con el ex ministro de Desarrollo Social, Abel Di Luca, hoy imputado en una causa por la que se investiga un fraude multimillonario a la provincia y a quienes en ella habitan.