En Neuquén ya no hay privilegios para nadie

La expulsión de ñoquis, la eliminación de gastos innecesarios y la transparencia en los procesos licitatorios así lo acreditan.

Tras un año de gobierno, hay motivos de sobra para afirmar que el fin de los privilegios que impuso el gobernador Rolando Figueroa no se agotan en la órbita de los organismos del Estado, sino que van más allá y profundizan en los nexos de estos con el sector privado. La decisión de llamar a una licitación pública para renovar la explotación del complejo de esquí de Chapelco (en San Martín de los Andes) es prueba irrefutable de ello.

Desde el inicio mismo de la gestión, el gobernador dejó en claro que estaba decidido a terminar con los vicios de la vieja política, para construir una provincia más justa, con oportunidades y en obras, tal como está ahora. En función de eso, despidió ñoquis, les puso fin a las jubilaciones de privilegio, redujo la planta política, ordenó devolver las camionetas cuyo alquiler no se justificaba, eliminó los gastos innecesarios del Estado y sacó de escena a un grupo parasitario de sujetos que oficiaban de intermediarios entre la ayuda oficial -léase planes sociales- y sus destinatarios.

Marcó un antes y un después respecto de la gestión de Omar Gutiérrez y, plan de austeridad mediante, orientó los recursos hacia las áreas esenciales. Fue así que sacó de terapia intensiva al sistema de Salud, reforzó a las fuerzas policiales, reparó escuelas (también inició la construcción de otras) y se embarcó en un plan de rutas que no tiene precedentes en la historia de la provincia.

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Del mismo modo, logró que las empresas petroleras financiaran las becas que garantizaron la inclusión escolar a lo largo y ancho de la provincia; y, entre otras cosas, lanzó un plan de empleo (con prioridad para la mano de obra local) que ha dado buenos resultados. En definitiva, logró materializar su prédica de ordenar para redistribuir.

Es cierto que aún falta demasiado para que esta provincia, potencialmente rica en virtud de su subsuelo, que sea lo que debe ser en materia de servicios (gas, electricidad, etc.) y de oportunidades. Pero también es cierto que lo realizado en el primer año de gestión superó las expectativas y fue más allá.

Las exigencias para la planta política no se detienen y, además, de impulsar la llamada ficha limpia, el gobernador les advirtió a sus funcionarios que aquel que no presente su declaración jurada de bienes, quedará indefectiblemente expulsado. Esa advertencia la lanzó ahora, en marzo.

En la relación de los privados con el Estado se ha encargado de fijar reglas claras que eviten que unos pocos se enriquezcan en desmedro de todos. Lo primero que hizo fue revisar y renegociar los contratos de obras públicas; y dejar de subsidiar a la empresa que organizaba las carreras de motocross en Villa La Angostura, lo que (en este último caso) le permitió a la provincia ahorrarse dos millones de euros.

Lo nuevo es el anuncio del llamado a licitación para la explotación del complejo de esquí en Chapelco, después de 38 años de prórrogas y de negociaciones poco claras de los empresarios con los gobiernos anteriores. Muy a pesar de que factura cifras híper millonarias y de que explota para su provecho uno de los paisajes más bellos de la provincia, el concesionario actual sólo le paga a esta un canon anual de 50 mil dólares. Una miseria frente a las inversiones en rutas y hasta en mejoramiento del aeropuerto de Chapelco que ha realizado y que realiza la provincia.

La firme decisión del gobierno sorprendió a la concesionaria que estaba acostumbrada a otras metodologías. No sólo destiló miedo a la competencia en una licitación transparente, sino que también intentó presionar con el vaticinio de improbables inconvenientes para la temporada que viene. Sus dichos fueron categóricamente desmentidos por el ministro de Turismo, Gustavo Fernández Capiet, quien expresó: “En pocos días vamos a estar ya publicando el pliego, a partir de ahí hay un plazo del orden de los 30 días para presentar las ofertas y de otros 30 días para realizar la publicación”.

“Vinimos para ordenar y para cambiar, no estamos haciendo nada que no dijimos”, indicó Capiet. Los cambios están a la vista y está muy claro que ya no hay lugar para costumbres que fueron rechazadas por las urnas, en 2023. En Neuquén ya no hay privilegios para nadie.