Vecinos impulsan campaña de visibilización para la zona de pobladores del Perilago: “hay productores que ya no tienen futuro”

La floración de la caña, la ratada y la pandemia repercutieron de manera directa en las poblaciones. Melo detalla que la caña “es el principal alimento que tiene el ganado vacuno y los caballos del otro lado del Lago como segunda pastura”, por lo que las consecuencias son alarmantes. Además, el vecino afirma que el temporal de nieve adelantado, sin lluvias ni vientos que modifiquen el clima, también impacto de lleno en la problemática que hoy viven.

Con familiares en dichas zonas, el vecino y la emblemática Biblioteca de la Villa decidieron emprender una campaña de visibilización y concientización para mejorar la calidad de vida de los pobladores y sus animales: “cuando vino la pandemia ellos ya estaban mal. No les permitió poder abastecerse de forraje permanente, si bien ellos se preparan para el invierno, este año no pudieron salir a vender sus animales ni tampoco comprar forraje para estar preparados”, describe Lucas.

Tal así las cosas, el vecino explica que con la llegada de la primera “las cosas serán más difíciles”; porque es cuando las vacas comienzan a tener crías y entonces será más complicado. “Yo tome la decisión de empezar a hacer visible esta cuestión, junto con la Biblioteca Osvaldo Bayer, aprovechando una buena coyuntura de Gobierno y el cambio de autoridades”, con ahora el Intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi Horacio Paradela.

Lucas relata a este medio: “lo que necesitan los pobladores es mínimamente un poco de forraje para los animales, porque también se generan otras complicaciones. No todos los pobladores están registrados en regla, porque se encuentran en terrenos fiscales. Si no tienen un reconocimiento del estado, de Parques Nacionales, difícilmente tengan acceso a ser parte de un crédito”.

Según asevera el familiar, en las oficinas “hay dos o tres pobladores registrados, y hay muchísimas poblaciones en todas las zonas. Las familias que están del otro lado del lago son siete poblaciones, y viven tres o cuatro familias. No es una única persona por población. Entonces a veces en el pueblo está la ilusión de que el poblador es un ganadero, pero el poblador es una persona que lucha día a día”.

En relación a este último punto, Melo remarcó que durante años estos productores han recibidos diversos maltratos y por esa razón que creen que es hora de que la situación comience a cambiar de manera definitiva. El aspecto más alarmante ahora es la situación de los animales y de aquellas familias que afrontan la pandemia con las consecuencias de la floración, la ratada y las nevadas.