El 4 de junio del 2011 es una fecha que quedó marcada para todos los angosturenses. La erupción del volcán Puyehue iba a transformar la vida de la localidad turística neuquina por completo. En Villa la Angostura todos se vieron sorprendidos por la nube de cenizas que invadió la ciudad pero rápidamente brotó la solidaridad para salir adelante.
Una década de la erupción del Volcán Puyehue: un vecino de Angostura revive el suceso que marcó a una comunidad
La actividad geológica más importante registrada en 10 mil años. La erupción del Volcán Puyehue resultó una sorpresa para todos los habitantes angosturenses que vieron cómo sus vidas cambiaron por completo en cuestión de horas. “Lo del Volcán fue una experiencia sorpresiva porque nadie esperaba un evento de tal magnitud”, aseguró Héctor José, vecino del lugar, en charla exclusiva con Diario 7 Lagos.
Ese 4 de junio de hace 10 años comenzó cómo un día normal aunque el cielo negro y con nubes bajas escondían una mala señal. “Ese día lo tomamos como un día normal y mi señora había ido a Bariloche muy temprano para ir a la peluquería”, relató Héctor. Desde la ciudad rionegrina uno puede observar cómo se encuentra el clima en Angostura y esa tarde, la mujer de Héctor vio que una tormenta se acercaba por lo que decidió emprender el regreso por la ruta.
Hasta que cerca de las 15 horas, una explosión en el Volcán modificó la rutina diaria de los angosturenses. Todo comenzó con un viento muy fuerte, la lluvia se fue transformando en cenizas y luego cayeron las piedras que asustaron a los vecinos. “Todos comenzamos a tener previsiones respecto a las casas y a cubrirlas lo máximo que se podía. La cuestión es que todo esto fue una sorpresa y la situación se fue agravando con el paso de las horas”, aseguró Héctor.
La crisis que cambió la vida de toda la ciudad
La noche le ganó el espacio al día en cuestión de minutos y la caída constante de cenizas preocupó a toda la población. La dirección de los vientos de Chile hacia Argentina trajeron todos las cenizas del Volcán que había hecho erupción y la crisis se agudizó en la zona. “Los vecinos me decían que tratará de sacar la mayor cantidad de ceniza posible pero era imposible porque no paraba de llover ni de nevar”, relató Héctor sobre los inconvenientes de ese día.
Un manto espeso y gris cubrió a la ciudad catalogada como el Jardín de la República por sus bellos paisajes. Héctor resumió la situación con una frase: “Todo se transformó como si hubiéramos vivido una guerra”. La zona se vio cubierta por una densa capa de cenizas que en algunos lugares llegaron a los 60 centímetros de altura.
Héctor incluso vivió en carne propia las inclemencias de esta situación. El peso de la arena volcánica acumulado en el techo de su garaje generó un pequeño derrumbe que casi destruye su auto. “Yo tenía temor a sacarlo porque no manejo bien pero mi esposa se animó y pudimos liberarlo”, aseguró el hombre agradecido con su mujer.
La crisis generada por una inclemencia ambiental inesperada dio lugar a la solidaridad entre los propios pobladores. Cada uno comenzó a brindar su ayuda para que Angostura pudiera salir adelante. “Codo a codo fuimos levantando a Angostura. Fue una experiencia triste que nos dejó una enseñanza enorme”, concluyó Héctor. Hoy se cumplen 10 años de un evento que cambiaría para siempre la vida de los angosturenses.