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Tres de Febrero: cuando tren del Urquiza circuló sin chofer

En 1999, un tren del Urquiza con 500 personas circuló por Tres de Febrero sin chofer y a toda velocidad, pero todas se salvaron. Reviví esta increíble historia.

Aunque parezca sacado de la película hollywoodense "Imparable" (que está basada en una historia real), esto sucedió en el Oeste y por un milagro no terminó en una tragedia sin precedentes: un tren del Urquiza con 500 personas a bordo circuló por varios kilómetros sin conductor, a toda velocidad y en plena hora pico por el partido de Tres de Febrero.

Así como se lee, este bizarro hecho se dio el 5 de mayo de 1999 e involucró a la formación número 1, perteneciente al ramal U-22 (que finalizaba en General Lemos) y que ese día se le asignó un recorrido semi-rápido, lo que significa que no debía detenerse en algunas estaciones.

El tren que circuló sin conductor - Incidente de la Línea Urquiza en 1999

Al partir de Federico Lacroze a las 18:58 horas, el experimentado motorman (cuyo nombre nunca trascendió) advirtió que el convoy presentaba problemas en la apertura y cierre de las puertas automáticas. Al llegar a Devoto, las mismas no funcionaron y esto hizo que el chofer se baje en busca del guarda (encargado de esta tarea de forma manual), pero en ese momento sí se abrieron, por lo que caminó nuevamente hacia la cabina.

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Sin embargo, las puertas se cerraron rápidamente y allí es cuando empieza a correr, aunque ya era demasiado tarde: el convoy arrancó sin nadie que lo maneje y con cientos de pasajeros en su interior. Atónito, el hombre se dirigió a las boleterías e informó de lo ocurrido. La empresa concesionaria Metrovías despejó desesperadamente a los otros trenes de la vía para que no choquen entre sí.

1999 Tren Urquiza anduvo sin conductor 6 estaciones

El reporte a los servicios de emergencia indicaba que la unidad había sido robada. Mientras tanto, los usuarios y el guarda a bordo de la esta no se inmutaron cuando pasaron a toda velocidad por Coronel Lynch, Fernández Moreno y Lourdes ya que sabían que era un recorrido semi-rápido.

La preocupación comenzó al arribar a Tropezón, estación en la que sí tenía que parar: no solo no ocurrió eso, sino que la aceleración todavía era más fuerte. El nerviosismo se apoderó de los del primer vagón cuando tocaron la puerta de la cabina y nadie respondió. Llegaron a José María Bosch, otra de las paradas estipuladas, y el tren seguía yendo a toda velocidad. Hubo gritos, llantos y pánico total.

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Un tren del Urquiza pasando por Tres de Febrero.

Un tren del Urquiza pasando por Tres de Febrero.

Algunos pasajeros empezaron a ir hacia los coches del medio y otros intentaban forzar la puerta. Al abrirla, quedaron aún más atónitos: la cabina estaba vacía. La formación estaba completamente a la deriva y circulando a toda velocidad. Se dirigieron al freno de emergencia, lo accionaron y no funcionó, por lo que la desesperación era absoluta.

Afortunadamente, el guarda vino corriendo desde el último vagón para tomar los controles y ahí pudo detener la formación justo cuando ingresaba a Martín Coronado a las 19:24 horas con todas las personas a bordo ilesas pese a que estuvieron siete kilómetros a merced del convoy. Todas ellas fueron pidieron el libro de quejas de Metrovías y, furiosos, hicieron su descargo.

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Tras los múltiples reclamos, la empresa recibió una multa de 800 mil dólares (en ese momento regía el uno a uno), pero se desconoce que sucedió con el motorman y con los mecanismos de arranque y detención. Lo que se supone es que un pedal que se encuentra en todos los trenes e indica la presencia del conductor en la cabina quedó presionado por algún motivo, aunque la verdad nunca se supo la verdad.