Silvina González es vecina de San Martín de los Andes y una de las tantas voluntarias que le pone el cuerpo a la pandemia, transformando el miedo en solidaridad.
Solidaridad: Conocé a una de las voluntarias de San Martín que le pone el cuerpo a la pandemia
“Yo soy Mamá, Economista y siempre trato de hacer algo por los demás”, nos cuenta, mientras asiste a quienes llegan al DetectAR, con una sonrisa que se siente aún debajo de las varias protecciones que lleva.
Silvina comenzó atendiendo las líneas COVID, y hoy ayuda al personal de salud en el Centro del Arenal, participa de los Operativos de detección temprana, completa planillas y realiza seguimiento a pacientes positivos que se encuentran en aislamiento.
“Son duras las charlas en muchas oportunidades, porque la gente está preocupada, sintiéndose mal, a veces también enojada”, detalla: “Pero al final lo que importa es que entiendan que estamos, que somos un montón de personas haciendo lo mejor que podemos”.
“Me capacitaron los Agentes Sanitarios en todo lo que sé; lo único que no hago es hisopar”, continúa: “Yo tuve el virus en noviembre, sé que puedo volver a tenerlo y por eso me cuido muchísimo para no ser un riego para mi familia”.
Para sus hijos y su marido, nos confiesa, este proceso no fue fácil: “Al principio se preocuparon, pero ellos saben que lo que más quiero en la vida, es servir al otro y por eso me entienden y acompañan”.
“No me pueden parar, porque siempre estoy haciendo algo solidario o contribuyendo en alguna causa”, concluye Silvina: “Y cada día, antes de salir, le pido a Dios que me cuide, porque soy creyente, y pienso que estoy haciendo algo por el otro, y que Dios me tiene que dejar seguir haciéndolo”.