Desde el viernes 2 de junio, en San Martín de los Andes se inauguró la nueva exposición que ofrece la Sala Municipal Lidaura Chapitel. La misma tiene como objetivo mostrar las obras de tres artistas de la localidad neuquina y se podrá visitar hasta el 22 de junio. El edificio estará abierto de lunes a viernes de 10 a 12 hs y de 16 a 20 hs, mientras que los sábados recibirá público de 16 a 20 hs, con entrada libre y gratuita.
San Martín de los Andes: exposición de arte local
En los próximos días, San Martín de los Andes podrá disfrutar de algunas de las mejores obras de artistas locales.
Obras de artistas locales
Una de las representantes de San Martín de los Andes, Margarita Schoeder, luce Imágenes de vida: Pinturas. La mencionada artista ofrece trazos y texturas sobre un mundo que explota en cenizas, al mismo tiempo que el cemento ingresa en el bosque que la vio crecer. De esa manera, deja plasmado cada uno de los episodios de su vida, mientras utiliza cintas de cassettes, cenizas del Puyehue, ramas del lago y fosiliza los rastros de historia en la localidad neuquina.
Por su parte, Cecilia Tappa presenta Elogio de lo sensible: Instalación y objetos. La obra se lleva a cabo sobre lo sensible, con materia y palabra. Se enfoca en lo subjetivo, emocional, entre otras tantas sensaciones. Por eso, se adentra en la memoria, lo individual y colectivo. Su trabajo trata la sensibilidad de diferentes mujeres, quienes mostraron sus vidas mediante historias y objetos.
En Elogio de lo sensible se pueden apreciar los vínculos de las mujeres a la hora de relacionarse no sólo en pareja pareja, sino también con sus deseos, sus cuerpos, violencias y otras situaciones. El proceso elegido es creativo, como también político y poético. Como se puede ver dentro de su obra, Cecilia propone reparar todos los dolores.
Junto con las artistas nombradas anteriormente de San Martín de los Andes, también se encuentra en la exposición Mariam Saavedra, con El abrazo del color. Su obra se centra en paisajes abstractos, con extrañezas y crudezas de los mismos. El paisaje no es estático y brinda la posibilidad de traspasar las fronteras hacia lo que hay dentro de una persona.