El mirador Rinke es uno de los puntos más emblemáticos de San Martín de los Andes. Esta semana se conoció que el lugar formaría parte de un grupo de infraestructuras turísticas que recibirán una inversión por parte del Ministerio de turismo de Neuquén con el objetivo de modernizar sus instalaciones. El año pasado se informó que esta obra estaba valuada en unos $2 millones y medio dentro del programa "50 destinos" que tiene un financiamiento provincial.
San Martín de los Andes: detalles del mirador Miche Rinke
Desde la Provincia de Neuquén anunciaron diferentes inversiones en obras de infraestructura turística que incluirán este mirador en San Martín de los Andes.
El proyecto en concreto consiste en el reacondicionamiento y reparación de uno de los miradores más importantes de la localidad, ubicado en calle Juez de Paz J. Quiroga del cerro Comandante Díaz y popularmente conocido como el de la subida al ex Hotel Sol. Entre los trabajos en la obra se incluye la reparación de barandas con acabado de pintura sintética; compactación del suelo; construcción de 100 metros cuadrados de piso para área recreativa que incluye accesibilidad; delimitación del estacionamiento, y colocación de carteles interpretativos y carteles indicativos.
Este es uno de los tantos miradores que tiene la ciudad de San Martín de los Andes que representan una gran atracción para el turismo. Recibe su nombre en honor a Michel Rinke, un artista que vivió en Buenos Aires, Suiza y luego fue autor del libro ‘Aves de San Martín de los Andes’, una vez que se radicó en la localidad. En 2015, el Concejo Deliberante de la localidad aprobó el proyecto para nombrar este mirador en la zona sur de la ciudad.
"Este es uno de los mejores miradores para sacar fotos de la localidad y observar todo lo que rodea a San Martín", informó una de las turistas que visitó la ciudad. A pesar de que el ex Hotel El Sol quedó como una anomalía en el paisaje de casas bajas sanmartinense, también se convirtió en una atracción para el turismo debido a sus características únicas y a su arquitectura. El Michel Rinke es uno de los miradores que visitan quienes deciden hacer el camino que desemboca en la ex Ruta 40 y en la Casa de Té Arrayan.