Sobre la Costa Atlántica Río Negro resguarda una serie de playas tan diversas como increíbles. Una de las más elegidas por las y los visitantes cada verano es Las Grutas, un balneario con grandes extensiones de arena y mar que cuenta con una increíble oferta turística entre las que se destacan el avisaje de fauna marina y el Parque Submarino, dos experiencias imperdibles.
Río Negro: conocé el camino de la costa
En la provincia de Río Negro, a la vera de la Ruta Provincial Nº 1 da vida a increíbles lugares. Conocelos en esta nota
A poco más de cien kilómetros de allí, se encuentra Playas Doradas, otro de los destinos predilectos por el turismo que se encuentra inmerso en un paisaje mágico generado por sus finas arenas que, resplandecientes por el sol, dan lugar a un bellísimo reflejo dorado que se extiende durante toda la superficie de la playa, donde los más aventureros encontrarán el sitio ideal para practicar deportes como el kitesurf, sandboard, o relajarse pescando a orillas del mar.
Por otra parte, a media hora de Viedma se encuentra El Cóndor, un encantador sitio que da inicio al Camino de la Costa, que a la vera de la Ruta Provincial Nº 1 da vida a increíbles lugares como El Espigón, Playa Bonita, Punta Bermeja, La Lobería, Bahía Creek, Bahía Rosas, Caleta de los Loros y Las conchillas, entre otros paraísos vírgenes que invitan a vivir una tranquilidad sin igual entre dunas y aves costeras que se fusionan para dar espacio a imponentes postales durante todo el recorrido.
El Cóndor
Una de las características principales del balneario es la extensa franja de playas, de más 10 kilómetros, en las que se pueden realizar distintas actividades de esparcimiento y pesca. Se destaca la zona ubicada al comienzo de los acantilados, conocida como playa del Faro, en la cual, se puede apreciar la mayor Colonia de Loros Barranqueros del mundo, única en su especie, además de las 121 especies de aves marítimas, ribereñas y continentales.
Como toda playa patagónica, el Balneario es ventoso, pero esta característica se compensa muy bien con la temperatura de sus aguas y las playas de enormes dimensiones que permiten realizar deportes de viento como windsurf, kitesurf, sandboard, carrovelismo, kitebuggy. Estas actividades cuentan con el apoyo del Parque de Viento.
El Espigón
A partir de la 1º Bajada El Faro de El Cóndor, se extienden varios kilómetros de acantilados activos, de más de 30 metros de altura, formados por el depósito de capas arenosas y arcillosas. La erosión de los acantilados producida por la marea y el viento, modelaron las restingas y el característico bloque con forma de espigón natural que se observa en esta playa.
Sus bancos de ostras, vieiras y erizos fósiles son los vestigios de un mar tropical. Hace 7 millones de años, estas aguas fueron tan cálidas y cristalinas como las del Caribe, hasta que hace 5 millones de años se formaron las actuales corrientes marinas frías.
La playa El Espigón se caracteriza por un gran peñon que se interna 80 metros mar adentro y ofrece condiciones incomparables para la pesca y el surf.
Playa Bonita
19 kilómetros del Balneario El Cóndor, y a 49 de Viedma, una impresionante bajada se abre entre los acantilados permitiendo admirar muy de cerca los diferentes estratos geológicos y conduciendo a un sector de playas únicas. Arenas de extrema blancura y aguas siempre cristalinas son el tesoro más preciado de este rinconcito rionegrino.
Punta Bermeja - La lobería
El lugar posee un Centro de Interpretación Faunística que permite al visitante conocer la vida de estos mamíferos así como observar los principales exponentes de la vida animal y vegetal de la región.
En los altos acantilados, característicos de la costa austral se ha instalado un balcón mirador desde el cual los visitantes pueden apreciar en toda su dimensión la vida de esta nutrida colonia de lobos. La visual, también permite al visitante observar una serie de aves costeras que nidifican en el lugar.
Conviven así aves marinas y costeras en un espectáculo que se completa eventualmente con la presencia de algunas orcas. A esto se suma a finales del verano el paso hacia el sur de la ballena Franca Austral. A veces, también se recibe la visita de algún pingüino que sin rumbo llega a estas costas, que es rescatado por los Guarda faunas, se transforma en la mascota de la reserva.
Los lobos marinos durante la mayor parte del año pasan casi todo el tiempo en el mar. La facilidad y gracia con que estos mamíferos se mueven en el agua se ve reflejado con los movimientos ondulantes con una ligereza que parece impropia de su enorme tamaño, con movimientos que demuestran una vitalidad asombrosa.
Bahía Creek
Los acantilados pierden altura y dan paso a una bahía de agua clara bordeada de médanos suaves. El pueblo de mar Bahía Creek se abre a ambos lados del camino con una extensa playa de arenas y conchillas que permite al visitante disfrutar de un lugar paradisíaco, santuario para la pesca gracias a la riqueza ictícola.
Esta zona cuenta con una pequeña villa de muy pocas casas y un club de pescadores, que da la sensación de haber llegado a un oasis después de recorrer 70 km de ripio y sin vegetación alta. Es importante destacar que, según investigaciones, habría restos de un submarino enterrado en la fina arena, tras un desembarco nazi luego de la Segunda Guerra Mundial.
Unos kilómetros adelante se presenta un conjunto de grandes médanos móviles de 340 km2 de extensión, que carece en su mayoría de cobertura vegetal original. Su ausencia es atribuida a la combinación de tres factores: bajas precipitaciones, persistencia de vientos muy fuertes provenientes de la costa y la interferencia de las acciones humanas. Los arenales penetran hasta 30 km en dirección de los vientos predominantes.
Bahía Rosas
Bahía Rosas/La Ensenada constituye un sitio frecuentado por pescadores locales y visitantes que se ven atraídos por la profundidad de sus aguas y las óptimas condiciones para la pesca costera de tiburón, cazón, pejerrey, róbalo, corvina, pez gallo, pez elefante, etc.
Un atractivo para toda la familia es la posibilidad de deleitarse con la visita de ballenas entre julio y octubre.
A poco más de 20 kilómetros se encuentra la "Bajada Echandi", que socava el acantilado para acceder a una playa ideal para la pesca del pejerrey.
Las Conchillas
Las grandes extensiones de playa que quedan al bajar la marea se transforman en la excusa ideal para realizar largas caminatas y vivir una experiencia fascinante enmarcada por el característico sonido de las olas y el crujir de las conchillas que regalan una tranquilidad y sensación de bienestar inigualable.
Además, entre las encantadoras panorámicas que ofrece el mar fundiéndose con el cielo en el horizonte, es posible visualizar algún que otro ejemplar de fauna marina que habita la región, como delfines, lobos marinos o pingüinos, que brindan un espectáculo épico a los espectadores que se deslumbran desde la orilla y les hacen viven una estadía inolvidable.