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Primero Angostura: “Queremos un pueblo planificado”

Carta de lectores:

Desde Primero Angostura coincidimos en que la Ordenanza N 1416, de regulación hotelera, quedó antigua y hay que actualizarla, también tenemos que ver cuál es la mejor manera de hacerlo.

¿Hay que hacer lo de siempre?, ¿parche sobre parche? Esto se asemeja a un viejo gomón que tenía parche sobre parche. Un día se tomó la decisión de cambiarlo, porque poco duraban los pequeños arreglos, eran solo para salir del paso y hacerlo durar un poco más, a pesar de los riesgos que ello podría implicar.

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Lo mismo pasa con las leyes y reglamentaciones. Nacen en un momento determinado y con una necesidad determina, quizás con algunas fallas que se acomodan con el traqueteo del camino, pero llega un tiempo en que ya hay que actualizarlas. Acá la pregunta ya no sería, ¿qué hay que hacer?, sino ¿cómo hay que hacerlo?

¿Haciendo más parches?, o ¿conviene hacer algo trabajado para que dure en el tiempo? Que trate de dar una solución integral y no parcial o sectorial.

En Villa La Angostura, el turismo es el disparador de otras actividades, comerciales, constructivas, inmobiliarias, culturales, de servicios etc. Es decir que, si baja el turismo, baja todo; excepto que se cambie la matriz del pueblo.

Teniendo en cuenta eso, lo que todos sabemos es que el gran tema a resolver en Villa La Angostura, respecto al turismo, es romper la marcada estacionalidad. Pasamos de números cercanos al 90% en enero, a casi nada en mayo. Lo importante tendría que ser el promedio anual de ocupación, como hacer que la localidad tenga más turismo durante los 12 meses del año, (también se sabe, que no se elige dónde ir de vacaciones según la cama donde dormir, eso se hace en una segunda o tercera etapa del destino a elegido).

Por otro lado, vemos que Angostura fue azotada con más crisis que el resto del país, lo cual nos hizo perder esas temporadas de alta ocupación (el volcán, el hanta, la piedra en R40, etc.) y ahora el Covid. Siguen pidiendo a los que tienen emprendimientos que aguanten, que paguen los impuestos y tasas municipales; que cuando pase esto, todo se va a reactivar y van a poder recuperar lo que perdieron y podrán pagar las deudas que asumieron.

Ese es el mensaje, pero los hechos son otros, son diferentes. Cuando se reactive el turismo, se van a encontrar con que se hicieron modificaciones, parches, cambios en las reglas de juego. Todo ese aguante que se les pidió para poder llegar a la temporada alta, y en especial para que el municipio no se quede sin caja en este momento de crisis e incertidumbre, cuando vuelva el turismo, después que pidieron aguantar para luego poder recuperar lo perdido, cambian las reglas, ahora las normas son otras.

Así como así, haciendo un parche, sin una solución integral del problema real, y donde no solo tendríamos que fijarnos en la regulación hotelera, sino en la constructiva, la social, de salud, la económica, la turística, la deportiva, la cultural etc.

Por eso QUEREMOS UN PUEBLO PLANIFICADO, no uno que se acomode a la conveniencia de algunos, sin tener en cuenta los daños futuros que ello puede producir.

Planteamos como reflexión este último interrogante: ¿Por qué se niegan sistemáticamente a planificar el futuro de nuestra querida Villa?