El Centro de día Amancay funciona hace tres años. Inmerso en el barrio Calafate, es un espacio donde se contiene a personas con deterioro cognitivo, se realiza un tratamiento integral de estas personas. También se acompaña a sus familias. Con un equipo interdisciplinario de alta calidad, ganas, pasión y mucho compromiso por ayudar a una población vulnerable, el servicio que se ofrece en este espacio es digno de admirar.
Pasión por servir: Conocé el valioso trabajo del Centro de día Amancay en la comunidad
En diálogo con Diario 7 Lagos, Daniel Dorre, Coordinador de los Talleres terapéuticos del centro de día Amancay cuenta que en la actualidad el centro asiste a más de 20 personas. Funciona de lunes a viernes y en la mayoría de los casos las jornadas terminan a las 16hs.
Con profesionalismo allí se trabaja en la contención desde diferentes disciplinas. Hay talleristas, psicólogos, trabajadores sociales, entre otros. Cabe destacar que este espacio es administrado por el Municipio en conjunción con el Hospital.
En la búsqueda de ofrecerle una mejor calidad de vida a usuarios del centro que van desde los 18 años hasta los 70, se organizan diversas actividades tanto adentro como afuera de esta casa.
“Los martes hay taller de teatro en la Casa de la Cultura, los lunes y los viernes se hace actividad física en el sum de la junta vecinal. Hay talleres de cerámica, taller de huerta, de música, de carpintería. Pronto comenzará un emprendimiento para la construcción de tachos de residuos”, especifica Dorre.
La dinámica del centro de Día Amancay se asemeja a la de una familia. Cariño, afecto y contención. Mientras algunos están hace mucho tiempo, otros llegan y se acoplan. Se genera una comunidad con la población, con sus familias y entre los profesionales.
Cabe destacar que el ojo no solo se pone sobre el vecino con dificultades, sino también sobre su familia. Allí juega un rol importantísimo el acompañamiento, la enseñanza, la escucha. Par muchas familias se trata de una carga pesada, otras lo toman con naturalidad. Lo cierto es que al fin y al cabo es necesario de ellas para lograr la mejora en los usuarios.
“Con las familias se hace un trabajo intensivo, se organizan reuniones semanalmente, reuniones grupales donde se habla un poco de la situación de quien visita el Centro par que la familia pueda transmitir también un poco como ven ellos la evolución y si el trabajo está funcionando”, describe Dorre.
Es con esta naturalidad y con esta potencia que se vive jornada a jornada en el Centro de día Amancay. A diferencia de otros espacios en distintos puntos de la provincia donde sufren por problemas edilicios o falta de talleristas y profesionales (expresan especiliadad solidaridad por el Centro de día Junín de Los Andes), en Angostura bajo el convenio con el municipio, funciona de manera ejemplar.
Lo de estos profesionales es la pasión por servir, se percibe, lo transmiten. Es muy sano valorarlo.