En el marco de la Semana del Parto Respetado 2025, nos encontramos nuevamente ante una oportunidad para reflexionar sobre la importancia de garantizar un nacimiento digno, respetuoso y centrado en los derechos de las personas gestantes, los bebés y las familias. Este año, bajo el lema : “El parto es respetados cuando vos podés elegir”.
Semana del Parto Respetado 2025: el parto es respetado cuando vos podés elegir
En su columna de opinión de esta semana, la Doula y Puericultora Lali Zurzolo escribe en el marco de la Semana del Parto Respetado.
Como Doula y Puericultora, he acompañado a numerosas familias en este proceso trascendental. Mi experiencia me ha enseñado que un parto respetado no solo impacta físicamente, sino que también tiene profundas implicaciones emocionales y psicológicas. Un entorno donde la persona gestante se sienta acompañada, escuchada y valorada es esencial para su bienestar y para el vínculo con su bebé.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) enfatiza que el parto respetado debe priorizar el bienestar físico, emocional y psicológico de la madre y del bebé, evitando prácticas invasivas innecesarias. Según la OMS, más del 45% de las intervenciones obstétricas a nivel mundial no están justificadas desde el punto de vista médico. Esto incluye cesáreas y episiotomías realizadas sin criterio basado en evidencia, lo que puede provocar efectos adversos tanto a corto como a largo plazo.
Por otro lado, investigaciones recientes realizadas por el American Journal of Obstetrics and Gynecology revelan que las prácticas de atención respetuosa durante el parto, como permitir el movimiento libre, evitar el uso de intervenciones rutinarias y fomentar un ambiente de calma, tienen un impacto positivo en la experiencia del parto. Se ha comprobado que estas prácticas reducen significativamente el nivel de estrés materno y mejoran los indicadores de salud neonatal.
En Argentina, contamos con un marco legal que respalda estos principios. La Ley Nacional N.º 25.929 de Parto Humanizado, sancionada en 2004, establece derechos fundamentales para las personas que dan a luz, como la posibilidad de elegir un acompañante, recibir información adecuada sobre los procedimientos médicos y garantizar un trato respetuoso y digno. Sin embargo, encuestas realizadas por organizaciones como Unicef muestran que muchas madres aún enfrentan obstáculos para acceder a un parto respetado, especialmente en contextos de alta demanda hospitalaria.
Otro aspecto crítico es el impacto psicológico del parto respetado. Estudios publicados en el British Medical Journal (BMJ) han demostrado que las mujeres que viven partos respetados tienen menor riesgo de desarrollar trastornos como depresión posparto, además de una mejor recuperación emocional y física. Estos datos subrayan la importancia de considerar no solo el resultado médico del nacimiento, sino también el bienestar emocional de las madres.
Desde mi labor, promuevo que cada familia conozca sus derechos y participe activamente en las decisiones sobre el nacimiento de sus hijos. Esto incluye elegir el tipo de parto, ser informada sobre riesgos y beneficios de cada procedimiento, y crear un plan de parto que refleje sus necesidades y deseos. El acceso a un parto respetado no debería ser un privilegio, sino un derecho universal.
Es importante destacar también el rol de los profesionales de salud y las instituciones en esta causa. La sensibilización y la formación en parto respetado contribuyen a transformar prácticas institucionales y garantizar que los nacimientos se vivan en ambientes seguros, cálidos y humanizados.
Finalmente, el parto respetado es más que un objetivo médico: es un acto social, cultural y emocional que impacta en las generaciones futuras. Al garantizar nacimientos dignos, estamos sembrando valores de respeto y empatía que trascienden el momento del parto y se proyectan en nuestras comunidades.
Desde mi rol como Doula y Puericultora, invito a todas las familias, profesionales y autoridades a unirse en esta causa. Juntas y juntos podemos transformar la experiencia del nacimiento en un evento lleno de respeto, poder y amor.
Por partos respetados. Por vidas transformadas. Por un futuro más humano.