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Neuquén: arrojaron las cenizas de Lara Arreguiz

Lara fue la joven protagonista de una de las fotos más crueles de la pandemia. Luego de su fallecimiento, sus padres arrojaron sus cenizas en Neuquén.

Lara Arreguiz, de 22 años falleció hace ocho meses por falta de atención médica cuando el sistema de salud se encontraba saturado a causa de la segunda ola de Covid. En los últimos días, su familia organizó un emotivo homenaje en Neuquén y cumplió su último deseo, el de esparcir sus cenizas en el Lago Huechulafquen.

“Rodeada de pétalos de rosas que te acompañaron, comenzaste un nuevo viaje por el lugar que amabas. Siempre en nuestro corazón y como un ser de luz que nos acompaña cada día. #JusticiaPorLara”, posteó Claudia Sánchez, la mamá de Lara, en su Facebook, junto unas fotos donde se ve a la familia arrojando sus restos al agua.

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Su familia despidió a Lara en el lago de Neuquén

Su familia despidió a Lara en el lago de Neuquén

La madre también contó que otra parte de las cenizas están en un árbol que hicieron de semillas. "Cuando crezca será plantado en un lugar público para quien quiera sentirla cerca. Vivirá en la naturaleza de otra manera" explicó en los comentarios.

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Y agregó: "Además ella me acompaña siempre. Hay que aprender a soltar. Yo sé que ella estaría feliz. Era su voluntad estar en ese lugar. No lo pudo hacer la última vez en vida por eso ahora estará allí para siempre" sobre la decisión de realizar esta despedida.

Lara Arreguiz murió el viernes 21 de mayo, a las 3 de la mañana, en el Hospital Iturraspe de Santa Fe, víctima del Covid y de cierta desidia por parte del sistema de salud, que en ese momento tenía las camas colmadas de pacientes, había faltante de oxígeno y los médicos hacían los que podían con los insumos que le daban.

La joven santafesina, oriunda de Esperanza, se hizo tristemente conocida cuando una foto suya durmiendo en el piso de la guardia de un hospital se hizo viral en Twitter. Estaba acostada en el piso de un hospital y tapada con una campera que le colocó su madre para que no tuviera frío, mientras esperaba que la viera algún médico.

Lara era insulinodependiente y al contraer el virus cursó un cuadro severo de la enfermedad que terminó con su vida. Antes de ser internada en ese hospital Iturraspe tuvo que recorrer otros tres centros médicos junto a su familia. Dos días después presentó una neumonía bilateral irreversible y falleció.