El método mamá canguro (MMC) es una de las estrategias más efectivas para el cuidado de bebés prematuros, respaldada por décadas de investigación científica. Originado en Colombia en la década de 1970, fue desarrollado por los médicos Héctor Martínez y Edgar Rey Sanabria como una alternativa en hospitales con recursos limitados. Su principio fundamental es simple pero poderoso: el contacto piel a piel entre el bebé y la madre (o el padre) favorece la regulación de funciones fisiológicas esenciales y fortalece el vínculo afectivo. Hoy en día, el MMC es utilizado en todo el mundo y se considera una práctica clave en el cuidado neonatal.
El método mamá canguro: un abrazo basado en evidencia científica
En esta oportunidad, la Doula y Puericultora Lali Zurzolo escribe sobre el método mamá canguro, qué es y cuáles son sus beneficios.
Beneficios comprobados: ciencia detrás del método mamá canguro
El contacto piel a piel proporcionado por el método mamá canguro tiene impactos profundos en la supervivencia y desarrollo de los bebés prematuros. Estudios publicados en The Lancet han demostrado que esta práctica reduce la mortalidad neonatal en un 40% y disminuye el riesgo de infecciones graves como la sepsis. El MMC también estabiliza la temperatura corporal del bebé, mejora la regulación de su frecuencia cardíaca y respiratoria, y aumenta la ganancia de peso gracias al estímulo directo para el amamantamiento.
Otro aspecto fundamental del MMC es su influencia en la lactancia materna. Según el UNICEF, los bebés prematuros que se benefician del método canguro tienen mayores probabilidades de ser alimentados exclusivamente con leche materna, lo que les proporciona nutrientes esenciales y factores inmunológicos que fortalecen su sistema defensivo. Además, la leche materna reduce el riesgo de enterocolitis necrosante, una complicación común en la prematuridad.
El impacto emocional según Klaus y Kennell
Marshall Klaus y John Kennell, pioneros en el estudio del vínculo materno-infantil, han subrayado la importancia del contacto temprano entre el bebé y los padres. Su investigación sobre el "período sensitivo" revela que las primeras horas y días posteriores al nacimiento son críticas para establecer un vínculo emocional duradero. Este apego temprano no solo favorece el desarrollo emocional del bebé, sino que también tiene efectos fisiológicos directos, como la regulación hormonal de la madre y la producción de oxitocina, conocida como la "hormona del amor".
Klaus y Kennell han demostrado que prácticas como el método mamá canguro refuerzan este vínculo, contribuyendo al bienestar emocional tanto del bebé como de los padres. Además, señalaron que el contacto piel a piel disminuye el estrés en los padres, quienes se sienten más confiados y capacitados para cuidar de sus hijos. Este efecto positivo tiene implicaciones a largo plazo, ya que las experiencias tempranas de apego influyen en el desarrollo social y emocional del niño durante su infancia y más allá.
Evidencia en Argentina: el método mamá canguro en acción
En Argentina, el método mamá canguro ha sido implementado en diversas instituciones de salud con resultados alentadores. Por ejemplo, hospitales como el Hospital Materno Infantil Ramón Sardá en Buenos Aires y el Hospital de Cutral Co en Neuquén han adoptado esta práctica como parte de sus protocolos de cuidado neonatal. Según datos recopilados en estos centros, el MMC ha demostrado mejorar significativamente la estabilidad fisiológica de los bebés prematuros, reducir los días de internación y aumentar las tasas de lactancia materna exclusiva al alta.
Un estudio realizado en el Hospital de Clínicas José de San Martín destacó que el MMC no solo beneficia a los bebés, sino que también tiene un impacto positivo en las madres, quienes reportaron sentirse más conectadas emocionalmente con sus hijos y más seguras en su rol de cuidadoras. Este enfoque integral ha sido clave para humanizar la atención neonatal en el país, alineándose con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Una herramienta para la equidad en salud
Uno de los aspectos más destacados del método mamá canguro es su accesibilidad. A diferencia de intervenciones tecnológicas costosas, el MMC requiere recursos mínimos y puede ser implementado en cualquier hospital, incluso en zonas rurales o con limitaciones económicas. Esto convierte al MMC en una herramienta esencial para garantizar equidad en la atención neonatal, especialmente en países en desarrollo donde la prematuridad representa una gran carga para los sistemas de salud.
El método mamá canguro no solo salva vidas, sino que también crea un espacio de humanidad y conexión en uno de los momentos más vulnerables. Como puericultora, siento una profunda admiración por esta práctica, que nos recuerda el poder del cuidado cercano y basado en evidencia.
Por los más pequeños. Por sus familias. Por el abrazo que salva vidas.