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La donación de órganos en primera persona: A los 39 años, recibió un riñón de su amigo. Conocé esta historia marcada por la solidaridad

El primer contacto, aún internados, de receptor y donante: “El momento más feliz fue después de operarnos cuando lo vi a Rulo, cuando lo vi bien, contento”, sostuvo Alejo.

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Buenos Aires – Hace seis años Alejo comenzaba a transitar una insuficiencia renal que intentó sortear con diversos tratamientos. Con el correr de los años, los resultados no fueron los esperados por los médicos, su salud se deterioraba como también su calidad de vida. En marzo de este año los médicos deciden que lo mejor para su salud era un trasplante. Con más de 16 postulantes, el destino, la ciencia y la fe se unieron para que un amigo suyo sea su donante. El testimonio de ambos, en esta historia marcada por la solidaridad y el amor a la vida.

Todo comenzó en el posoperatorio de una cirugía de rodilla que, tras diversas consultas por un permanente malestar, lo condujeron al nefrólogo, “en su primera consulta me diagnosticó: glomérulonefritis por IgA”

En marzo de este año, con 39 años, Alejo recibió la noticia por aquel entonces menos esperada: necesitaba un trasplante de riñón. “Fue el momento más duro de todos, cuando me lo dijeron los médicos y tuve que dar la noticia en casa”, recuerda Alejo hoy a tres semanas de su exitoso trasplante.

“La primera reacción fue de espanto, no me lo esperaba. Pensé que la alternativa era diálisis. Ya no tenía función renal, la creatinina estaba en 6 puntos que es un montón que habla de una fase terminal del órgano”, relata.

“Me quedé helado, lo primero que pensé fue: ahora tengo que salir a pedirle un riñón a mis hermanos. Mi preocupación era esa”, recuerda. Tras los primeros días de conmoción, Alejo fue amigándose con la idea de trasplante. El paso de ese primer estado de angustia a la esperanza se dio por una conjunción de cosas, tal como él lo describe “hubo un poco de todo: fe en Dios y mucho acompañamiento de la familia y amigos, un combo”

“La primera etapa fue muy fea, te hablan de cosas nuevas que todo suena espantoso. Tampoco sabía de qué se trataba un trasplante, cómo es la vida después de un trasplante, los riesgos, las ventajas… Por mi personalidad yo nunca fui curioso en cuanto a lo que se me venía encima, no pregunté demasiado. A veces mucha información es contraproducente, prefería ir enterándome sobre cada paso”

Fueron 16 amigos y familiares que lo acompañaron a una primera charla con los médicos, dispuestos a donarle un riñón, “hubo más gente, pero algunos incluso los descarté yo porque no quería que se sometan a esto”

“Fue impresionante. Recibí mucho apoyo incluso de gente que no esperaba, dentro de todo lo feo de toda la situación, fue un momento de muchísimo amor en general. Nunca me sentí tan apoyado, tan querido y apuntalado por mi entorno. Se comportaron todos como una gran familia y fue increíble”

Tras el avance de los estudios médicos, llegaron los análisis de compatibilidad donde su hermana y Norberto, un amigo, tenían las mayores chances. Sin embargo, con su amigo compartían grupo sanguíneo lo que lo convirtió en “el candidato”

 

El grupo de amigos, entre ellos Norberto (a la derecha), quien años después sería su donante

 

Con Norberto se conocieron en un trabajo, hace 16 años atrás. Sin embargo, trabajaron juntos poco tiempo, unos dos años. De ese trabajo quedo un grupo de 4 amigos con los cuales se juntan en familia e incluso van a pescar. Norberto, “Rulo” para los amigos, es de este grupo.

¿Cómo describirías hoy a Norberto?: “Es muy difícil ponerle una etiqueta a una persona super sana, que tiene todo, que es exitosa en su trabajo, en su familia, en todos sus ámbitos y decide someterse a una operación y sacarse un riñón. Con hijos chicos, sumado a que él es miedoso de la medicina. Tiene un doble mérito”, comenta Alejo cargado de emoción.

“Yo no le fui a pedir a nadie, les comunique a mis amigos que llegue a esa instancia y que iba a necesitar un trasplante renal, se los dije en el grupo de whatsapp y ni bien se lo dije él me habló por privado y me dijo que cuente con él”

El testimonio de Norberto, el donante:

Dialogamos con Norberto sobre este primer momento donde recibe este mensaje y nos cuenta su primera reacción: “Él nos comentó en el grupo de whatsapp, y en el grupo no me ofrecí, lo quise hacer más privado para que los demás no se sientan obligados a hacer lo mismo. Mi mujer se enteró al mismo tiempo y nos ofrecimos los dos”

¿Qué te llevó a ser donante?

Lo que más me motivo es que Alejo tiene alrededor de 40 años, tiene dos hijos, trabaja en Sistemas, y me ponía en su lugar… Pensaba cómo me sentiría yo si tengo la misma edad, el mismo trabajo, y me ponía en su lugar y pensaba qué esperaría yo, o como me sentiría yo y eso siempre me mantuvo positivamente para avanzar…

¿Tuviste miedo en algún momento?

Por supuesto, hasta los cinco minutos antes de entrar al quirófano. Nunca tuve temor en cuanto a la vida con un solo riñón. Pero la verdad que soy muy miedoso me impresiona mucho, y tenía más preocupación por la intervención que por mi vida después.

Yo pensé que si llegué a esta edad, con esta salud y con este peso sin hacer ningún esfuerzo, no me iba a costar, no iba a tener que cambiar mucho mi forma de vida. El “después” no era mi preocupación…

¿Qué mensaje le podrías dar a quienes tienen dudas en ofrecerse como donantes?

Teniendo alguien cerca que le está pasando, es mucho más fácil tomar la decisión. Si vos lo pensas hipotéticamente es difícil, pero teniendo una persona conocida es mucho mas fácil. Recomiendo ponerse en el lugar del otro y analizar bien el costo de esto, que no es alto. En definitiva, te lleva a cuidarte vos también después.

Estamos a menos de un mes y ya llevo vida normal, tengo algunas molestias de la intervención, pero vida normal sin excesos como antes, no me modifico mucho…

¿En qué cambió tu vida después de donar un riñón, más allá de lo físico?

Cambia la perspectiva y el establecer las prioridades. La verdad que parece mentira que solo por un acto uno cambie de la noche a la mañana, pero es así. Uno se preocupa por un montón de cosas, deja de hacer otras, prioriza mal. Cuando te das cuenta de que con estos actos movilizas tanta gente, te das cuenta de que las otras cosas que vos creías que estabas haciendo bien y por las cuales creías que te destacabas, en realidad no eran tal…

 

Norberto y Alejo, donante y receptor, celebrando la vida después del trasplante

 

A poco de cumplirse un mes del trasplante, con una nueva oportunidad para vivir una vida plena gracias a este acto incalificable de generosidad, Alejo mira el camino recorrido este último año y reflexiona: “No sé si puedo decir que fue o no un gran año, fue un año muy duro, pero con un final lindo, entonces trato de que no sea opacado por el resto. Fue muy duro, con licencia en el trabajo, todo el día en mi casa con un malestar increíble, con muchos síntomas, con una dieta asesina baje 16 kilos en pocos meses, pero resulto de la mejor manera”

“Espero que algún día Dios me ilumine para agradecerle a un amigo que haya tomado esta decisión, que haya hecho este acto por mí. Todavía no sé cómo se agradece…”