Internet es estar conectados. Al instante, con todo el mundo. Conectamos personas, luego conectamos “pantallas” y ahora, las cosas. Allí nace “Internet de las Cosas” o “the Internet of Things” (IoT).
“Es un concepto que no solo tiene el potencial de afectar la forma en que vivimos sino también cómo trabajamos. Con los costos de conectividad y almacenamiento bajando drásticamente, y la creación de más dispositivos con capacidades de wifi y sensores, el nuevo desafío es vincular no solo a las personas, sino también a las cosas a través de la red.
La generalidad de la palabra “cosas” evidencia las infinitas posibilidades que representa esta nueva tecnología. La amplitud de IOT abarca desde lo más elemental como lámparas inteligentes capaces de ahorrar energía y cepillos que monitorean nuestra salud dental hasta escenarios más complejos como la conexión de implantes médicos, semáforos, autos y edificios enteros llegando a la mayor aspiración: conectar ciudades enteras.”
IoT no es una moda, o algo lejano que vemos solamente en películas o videos de otros países. IoT es la evolución de la tecnología, el próximo paso que ya llegó. Ya está entre nosotros.
Podríamos invitarte a pensar que en tu casa (por ejemplo) un celular puede reproducir video en tu SmartTV, la caldera detecta la falta de agua y envía una señal de error (con la posibilidad de solucionar inconvenientes de manera remota), un regulador inteligente de luz genera condiciones para el ahorro, al “perder” tu celular o hasta a tu mascota, podes “seguirlo” online.
En nuestra ciudad también tenemos ejemplos reales al alcance de la mano: un dispositivo le informa a un ingeniero si las condiciones de humedad y temperatura le permite o no llenar una losa, un GPS informa el recorrido del colectivo ( la empresa lo ve en tiempo real en otra ciudad y podría informarte con la App adecuada cuando llegará a la parada en que estás vos) y otro GPS da el seguimiento a los vehículos del municipio, la alarma domiciliaria envía una alarma a tu celular. Existen sensores que colocados en los esquís le “dicen” al deportista que correcciones hacer para mejorar su rendimiento o técnica.
En los pros podemos destacar lo accesible que es desarrollar tecnología que utilice internet para conectar dispositivos gracias a la proliferación de hardware y código “abierto” que hoy nos permite conocer, aprender e implementar técnicas en todo el mundo de manera simultánea y al alcance de la mano ( tanto por conocimiento como por costo). En cuanto a las contras, la sensación de vulnerabilidad por posibles fallas de seguridad en la tecnología.
Asimismo, hay que asimilar la vulnerabilidad que trae la conexión de todas las “cosas” que nos rodean. Todo lo digital tiene la posibilidad de estar expuesto a intrusiones y uno de los desafíos más grandes para asegurarse el éxito de IOT es poder garantizar la seguridad de sus usuarios. De la misma forma, la privacidad es un componente significativo a la hora de evaluar esta tecnología. Si queremos hablar a nuestros dispositivos, tenemos que estar dispuestos a que nos oigan, pero ¿podemos filtrar todo lo que escuchan?
En todo el mundo, los gobiernos locales (municipales) están aprovechando la tecnología para conectar y mejorar la infraestructura, la eficiencia, la conveniencia y la calidad de vida de los residentes y visitantes por igual. Con la ayuda de IoT, las ciudades pueden mejorar la distribución de energía, optimizar la recolección de basura, disminuir la congestión del tránsito e, incluso, mejorar la calidad del aire o la seguridad de los habitantes.
Una ciudad inteligente no es más que aquella que utiliza herramientas de innovación para dar soluciones a sus habitantes. No es necesario ser una gran ciudad para ser inteligente. Solamente se necesita un programa que detecte las necesidades, las priorice y ejecute. Los propios habitantes pueden desarrollarlas luego de capacitarse apropiadamente.
Todos los socios del ecosistema en una comunidad conectada – gobierno, empresas, proveedores de software, fabricantes de dispositivos, etc – deben hacer su parte e integrar soluciones que cumplan objetivos de seguridad y escalabilidad.
Permitámonos pensar en una aldea digital, en medio de un entorno natural único que debe ser cuidado, con jóvenes listos para capacitarse y profesionales especialistas – que ya son vecinos – con ideas, medios y contactos para la innovación, así como una excelente conexión a internet. No es lejano. Esas ciudades ya existen en la región de 7 Lagos.
De hecho, no hemos enumerado ninguna situación de ficción sino realidades. Acompañemos la innovación!
Autor: Mariana Riva para Aintegra – Una consultora dedicada a la creación de valor en empresas y organizaciones con base en Villa la Angostura. Una propuesta profesional que tiene por objetivo contribuir en lograr empresas rentables, organizaciones eficientes y personas felices. ([email protected])