La artista plástica de Villa La Angostura, Sandra Fiszman (@ZAarteestudio), llevó adelante en cuarentena un proyecto que combinó solidaridad, pasión, arte y conciencia ambiental. Con más de 30 angosturenses, generó una red de reciclado a través de cursos gratuitos en donde se crearon vidrios, espejos, cerámicos, entre otras manualidades.
Impulsan una red de reciclado similar a la de los productores locales: “se logran cosas increíbles y la gente debe tomar conciencia”
“Cuando empezó la cuarentena, que estábamos todos más aislados, a mí se me ocurrió que podía ayudar desde otro lugar, me imaginaba que mucha gente por ahí estaba sola, sin hacer nada”, explica Sandra a Diario 7 Lagos, y agrega: “A mí siempre me interesó mucho lo ecológico, como reciclar, pensé que era una buena posibilidad de juntar estas dos cosas. Las técnicas que yo sé hacer y que uno utiliza para el arte como un fin social y para que la gente empiece a darse cuenta que estos materiales, que no son biodegradables, sirven”.
La artista local, que fue reconocida recientemente en el 18° Concurso Nacional de Esculturas en Madera, relata que de repente “se empezó a prender un montón de gente de Villa La Angostura, como así también de Neuquén y Buenos Aires”. “Fueron más de treinta interesados los que recibieron clases por videollamada, agrupándolos en grupos de a cuatro, tenía clases todo el día”, cuenta Fiszman.
De esta manera, la artista ha logrado que se reciclen una gran cantidad de elementos para transformarse en adornos y decoraciones para el hogar que resultan útiles para el interior de una casa. “Es muy interesante. Son materiales muy nobles que trabajándolos bien podés hacer algo que duré muchísimos años y es muy lindo”, remarca Sandra a este medio.
Y continúa: “Te das cuenta que se logran cosas increíbles. No es un reciclado así no más tampoco, son durables, son cosas lindas para tener de diseño, uno puede trabajar en tantas cosas con tantas técnicas que es realmente muy bueno”.
El objetivo final de la artista plástica es fomentar esta conciencia e ir más allá de los cursos: “mi idea es hacer algo similar a lo que sucede con los productores, tener un circuito de recicladores, que la gente pueda y sepa que esa basura, residuos o materiales no lleguen al basurero, se genere este circuito, que la gente sepa quien trabaja con estos materiales, y antes de tirarlo les llegue a estas personas”.
Y continúa: “Nuestra meta es hacer cosas nuevas, pero no yendo a revolver y a sacar sobre los mismos residuos, sino que esto suceda mucho antes, que la gente tome conciencia y llegue a las manos de quien desee reciclar mucho antes”.
Con casi seis meses desde que se decretó la cuarentena a nivel nacional, ahora Sandra continúa su trabajo en Villa La Angostura “con un grupo más reducido”: “muchos ya retomaron a sus actividades habituales y tienen menos tiempo. La idea sirvió porque ya no tienen esa visión que cuando viene un material ya saben que no es un deshecho, sino que es un gran tesoro para hacer cosas”, explica la artista, en relación al cambio en la visión ambiental del grupo de angosturenses que fueron parte del proyecto.
Además, la idea de la profesional del arte es dedicarse de lleno a sus cursos: “Lo que hice en el momento de plena pandemia fue porque supe que era un buen momento de ayudar, pero la idea también es que también pueda ser redituable. Estoy por lanzar nuevos cursos, a mí me gusta trabajar la técnica el reciclado pero también lo humano. Te das cuenta que creando uno puede transformar un montón de cosas de su vida. Tomarlo como un arteterapia. Esta bueno porque ejercitar, crear siempre hace bien. Yo siempre tiendo a ver el lado positivio, y eso es el ejercicio de tantos años de crear con lo que uno tiene, yo quiero transmitir eso a los demás, que todos pueden”, finaliza Sandra.
