“Atabey” es un emprendimiento de Villa La Angostura que privilegia la sustentabilidad, la salud y el cuidado ambiental. La marca local ya confeccionaba pañales ecológicos, en el marco de la pandemia sumó barbijos sublimados y una novedad para las mujeres: la venta de toallitas y protectores diarios también ecológicos y la reciente incorporación de la copa menstrual a su catálogo de productos eco-friendly.
Hablemos de menstruación: La copa menstrual llegó a Angostura, beneficios y cuidado ambiental
En diálogo con Diario 7 Lagos, su creadora Luisa Alejandra Drago explicó detalles sobre el reciente comienzo de la Copa Menstrual en Villa La Angostura -hace tan solo un mes- así como también la funcionalidad de las toallitas reutilizables para el período menstrual, los protectores diarios, los protectores mamarios y los pañales para niños.
“Yo empecé con este proyecto en el 2014. Allí fue cuando comencé a producir. Trabajo con materiales específicos: la tela impermeable que yo uso entra desde afuera y yo lo que hago es sublimarla, es decir viene en blanco y yo le hago los estampados”, describe Luisa respecto del proceso de producción sustentable y en cuanto a la parte impermeable de los productos.
Por otro lado, el material que va en contacto con la piel, específicamente para las toallitas, protectores diarios y protectores mamarios, siempre es algodón: “son producidos siempre con algodón hipoalergénico para cuidar el contacto con la piel”, ratifica la ideóloga de Atabey y pionera en la comercialización de este tipo de productos en la Villa.
De esta manera, su oferta es 100 por ciento sustentable: se lava y se vuelven a usar constantemente. Drago afirma que su emprendimiento es con mera conciencia ecológica y siempre está la idea de sumar estas cosas a la localidad. “Yo soy la primera que empezó a hacer esto en el año 2014 con los pañales, después empecé a hacer las toallitas y fui abriendo el rubro con los protectores para las mujeres”, agrega.
En referencia a la copa menstrual para las angosturenses, Luisa las vende hace aproximadamente un mes. La mujer explica que se contactó con la empresa “Maggacup”, la cual “le parecía la mejor opción dentro de todas las copas que están en el mercado y la más recomendada”. Se estima que la vida útil de la Copa es de 5 a 10 años, mientras que las toallas comunes duran 4 horas y son descartables.
Y agrega: “fui investigando un poco y me contacté con las representantes de la Patagonia, quienes me hice iniciadora de esta marca. Ellos me envían las copitas y yo las vendo en conjunto con mis productos”.
Cabe destacar que la Copa está hecha de una silicona que es hipo alergénica y “está en concordancia con el emprendimiento porque es un producto con las mismas ideas relacionadas el aspecto ecológico para con la menstruación”, señala Luisa a este medio.
“La copa buenísima también porque la usas, la lavas y la reutilizás. Está buena también para que la mujer sea más consciente de su período”, añade Drago, y amplía: “al usarla ves el color de la sangre cuando menstruas, además al no tener ningún químico -ni la copita ni las toallitas, quienes las usan menstrúan menos y les duele menos”.
Otro de los ejes en los que hace foto la emprendedora de Angostura se relaciona a que los geles que contienen los pañales y toallas femeninas tradicionales “son químicos bastante nocivos para el cuerpo y el medio ambiente”.
Luisa trabaja en su casa. Armó su taller allí y es donde usa las máquinas para llevar a cabo la sublimación de sus productos, donde podés adquirirlos de diferentes tamaños y con diferentes dibujos. Las toallas son confeccionadas en pul tricapa impermeable y respirable, tiene doble absorbente (polar o algodón) y están cosidas con costura interna para formar un canal antiderrames. También contienen “broches en las alas” para sostenerse en la ropa interior de una mujer, y viene en dos presentaciones: vedetina y colaless, como la edición sin alas.
“Hace poco me asocié con una compañera que hace encuadernación. Juntas estamos realizando trabajos, ella hace ilustraciones y yo las estampo en mis toallitas”, expresa Luisa. Además, explica que pidieron un puesto en la Feria de la Terminal, “donde ahora atienden ahí los viernes, sábado y domingo”. El horario es de las tres de la tarde a las seis.
Consultada por la repercusión en Villa La Angostura, el interés femenino local y el nivel de ventas, la emprendedora describe: “me está yendo muy bien en este tiempo y debo agradecer por eso. Estoy a full con las redes, más en la época de pandemia. En estos últimos dos años hubo una conciencia ambiental en la localidad muy importante, a mi me ayudó un montón y creció el interés de la gente por estos productos. También posibilita ahorrar económicamente”, cierra Luisa.