El gobernador de la provincia, Omar Gutiérrez, estuvo monitoreando el desarrollo del incendio que afecta desde hace varios días a la zona de Quillén y que se ha visto potenciado por las características topográficas, la rotación del viento y las altas temperaturas vigentes. Allí destacó el trabajo articulado con Nación, municipios y comunidades mapuche.
“Necesitamos que no haya más viento y no cambie de dirección imprevistamente como ha estado ocurriendo”, explicó el gobernador. Además, afirmó que es una tarea que llevará sus días y destacó la constancia y el trabajo articulado que se está haciendo desde la Provincia con Nación, gobiernos locales y comunidades mapuche.
“No es una situación que se va a resolver en horas. La constancia y el trabajo en equipo es lo que va a permitir superarlo”, explicó Gutiérrez tras informar que el parte de anoche no preveía lluvias en la región a corto plazo, por ende, hay que redoblar los esfuerzos para combatir el fuego que ya afectó a más de 3.000 hectáreas.
“Es el incendio más difícil y complejo que nos ha tocado enfrentar”, afirmó debido a cómo rota ya que el viento que generalmente sopla desde la cordillera hacia el oeste ha cambiado en más de una oportunidad su dirección, soplando desde Aluminé hacia el Lanín. Esto ha provocado que, al rotar, la cabeza del incendio se convierta en cola y viceversa, obligando a modificar la estrategia y la logística puesta a disposición del combate de las llamas.
El gobernador precisó que hay más de 200 personas trabajando en el lugar, entre brigadistas del Servicio Nacional y provincial de Manejo del Fuego, Corfone y Parques Nacionales, así como de San Luis Solidario que llegaron ayer y los que está previsto que arriben desde Córdoba. Agradeció a todos y cada uno de ellos por el trabajo que están desarrollando en el lugar y destacó el rol que han tenido en todo momento las comunidades mapuche que residen en la zona.