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Fertilizadoras usadas, una herramienta clave para mantener la calidad de las frutas patagónicas

La producción de frutas como la pera y la manzana son de los productos más destacados de la región. Siendo la pera la fruta que más se ha destacado los últimos años, por la calidad del producto final, siendo su exquisito sabor una de sus características más predominantes.

Por otra parte, hay que mencionar que Río Negro y Neuquén son los lugares de origen de las peras más cotizadas del mercado. Pero a su vez, son también, las que más aportan a la producción de pera para comercializar en el mercado local o ser exportadas. Con respecto a este último punto, países con Brasil o Rusia se ubican en la lista de los principales compradores de este fruto.

Al contar con una alta calidad, y ser un producto destacado, es importante contar con las herramientas adecuadas para seguir sosteniendo e impulsando la actividad agrícola en el Sur. En ese sentido, las fertilizadoras usadas se presentan como una apuesta atractiva de cara a las próxima cosecha, las cuales inician durante el mes de enero.

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Estas fertilizadoras usadas, además, son esenciales para preparar el suelo de una manera más efectiva. Pues gracias a su sistema, ayudan a distribuir equitativamente los nutrientes que requieren los suelos, y facilitan el trabajo pesado a los agricultores.

La pera, un producto que destaca

En los últimos años la producción de frutas, específicamente de la pera ha aumentado considerablemente. Un mercado favorable a su vez para el negocio de tolvas usadas en venta, otra herramienta indispensable en las labores del campo.

Retomando la importancia que ha tomado la producción de peras, los últimos reportes indican que la producción anual de esta fruta asciende a 600.000 toneladas. Representando entre el 30 al 40% del total de fruta fresca exportada, un honor que hasta algunos años le pertenecía a la manzana.

De hecho, según informaciones oficiales de toda la producción de pera, el 50% de ella se exporta, el 30% se destina al mercado local, y el restante 20% es utilizado es derivado a la industria.

La provincia de Río Negro es la más prodominante, e incluso se podría decir que se ha posicionado como el principal productor de este producto orgánico. Cuenta o destina unas 20 mil hectáreas de cultivo, pues cuentan con las condiciones climáticas más favorables para este producto, así como suelos fértiles.

Con respecto a estos volúmenes sin precedentes de exportación, países como Perú, México, Colombia, Paraguay y Bolivia, han aumentado la compra de peras nacionales favoreciendo el desarrollo económico del país y colocando a Río Negro como el segundo exportador de peras del mundo.

De todas las variedades existentes, las Williams las que más se producen seguido por la Packhams, y la  D´Anjou.

Cómo ayudan las fertilizadoras a impulsar la actividad agrícola

Nutrir los cultivos correctamente es uno de los pasos más importantes dentro de todas las actividades que se deben realizar antes comenzar a sembrar la tierra. Pero fertilizar un terreno extenso manualmente es agotador, y se corre el riesgo de dejar áreas sin nutrientes.

Es por ello, que las fertilizadoras usadas, son una herramienta clave en el desarrollo de la actividad agrícola. Tomando en cuenta esto, lo más recomendable al momento de invertir en una de estas máquinas, lo ideal es optar por aquellas que ofrezcan una distribución uniforme, así como una gran capacidad operativa.

Características que no sólo van a reducir el trabajo pesado en los campos destinados a la siembra de peras, también impactarán positivamente en la reducción de costos operativos, así como hacer un uso eficiente de la mano de obra.

No es fortuito que año tras año sea una de las herramientas o vehículos con mejor performance en venta, cuando se habla de maquinaria para el trabajo del campo. De hecho, durante 2020 esta industria creció un 77% con respecto al año anterior y en lo que va de 2021, las proyecciones siguen siendo favorable, especialmente a lo que respecta a la producción de productos orgánicos (como la pera). Tal como indica un estudio del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), además de un incremento en los ingresos, se logró aumentar a 4,4 millones de hectáreas destinadas a la producción de orgánicos.