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Familia: Crianza caótica 

En esta nueva columna, abordamos la crianza, una palabra clave en el seno de cada familia. ¿Qué pasa cuando no es tan fácil como creíamos?

A veces sentimos que nuestros días pasan volando y que la crianza que nos imaginamos de nuestros hijos en nuestra familia no es tan fácil como creíamos.

Los días se vuelven caóticos, los llantos, los gritos, el mal descanso hacen un combo estresante.

Para comenzar me gustaría recordarles que los primeros años de vida de nuestros hijos, son también nuestros primeros años de padres. Aparecen en nuestras vidas nuevas experiencias y hay un puerperio presente.

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Mayormente estamos aprendiendo con ellos, de cada nuevo desafío de crecimiento que transitan. Cada hito que se transita, son procesos evolutivos y fisiológicos.

Sin embargo entre las consultas más frecuentes de los padres, cómo les comentaba, están “los berrinches”, el “los gritos” y el descanso.

Las familias suelen atravesar estos eventos con angustias y culpas. Sobre todo por la mirada social frente al accionar de los padres con sus hijos.

En el consultorio es muy frecuente ver que no se sienten comprendidos y que reciven muchas opiniones de su entorno. Que seguramente sean “con buenas intenciones”, pero que no es compatible con nuestras expectativas como padres.

Y es habitual escuchar la sugerencia de “dejarlos llorar”, “te tomo el tiempo", “poné límites” o “lo hace de caprichoso”.

Comencemos de a poco y hablemos del “llanto”.

Siempre les planteo a las familias, que todos lloramos, y que no hay anda más sano y empático, que cuando esto sucede, alguien se acerque y nos abrace. Entonces, porqué en el bebé sería diferente?

No olvidemos que el bebé no puede manifestarnos desde el lenguaje hablado lo que le sucede. Es por eso, que necesitan que se valore y se le dé lugar a su llanto.

Los bebés lloran por hambre, molestia, dolor, miedo, angustia, necesidad de apego, entre tantos otros. Y es real que a veces no sabemos con exactitud qué les pasa, pero dejarlos llorar solos no es la mejor opción para su organismo, ya que parte del desarrollo de su potencial emocional es la validación de sus sentimientos.

Con respecto al sueño, quiero contarles que es un proceso evolutivo. (como lo es también el control de esfínteres). Y como tal, aunque generemos una “higiene del sueño” ideal, esto no nos asegura que el bebé duerma toda la noche. Los adultos tampoco dormimos toda la noche, nosotros tenemos al menos nueve despertares nocturnos, que aunque no lo notemos suceden. Como adultos ya maduramos las fases del sueño y sabemos conciliar el sueño solos, el bebé por otro lado durante unos cuantos años está aprendiendo a hacerlo y debemos acompañarlo.

El sueño tiene multiples funciones, es reparador, colabora con el cremiento, su desarrollo y aprendizaje, con la memoria, con el desarrollo inmunológico, el organismo lo utiliza como regulador de sustancias neurotóxicas y les ayuda a procesar las experiencias del día.

Y quiero contarles que los despertares también tienen una función. Son parte de la supervivencia, ellos deben despertar por hambre, deben manifestar si algo duele o molesta, deben verificar que haya un cuidador cerca, y además se ha demostrado que mantienen activo a su cerebro y tienen como objetivo protegerlos de la muerte súbita. No deja de ser un mamífero que tiene que aprender a sobrevivir en un nuevo medio.

Si el bebé despierta y nadie acude a su llanto se estresa. La ciencia nos dice hoy, que el estres es un neurotoxico para un cerebro en desarrollo. Cuando el bebé está estresado libera catecolaminas, hormanas como el cortisol, que dañan su cerebro y deprimen sus sistema y trae grandes problemas para ellos.

Ahora bien, hablemos de “los gritos”.

Sabemos que en el proceso de crecimiento de los niños y como parte previa al lenguaje hablado aparecen los “berrinches”. Éstos son una expresión de enojo y frustración. Entre el año y los tres años hacen estas manifestaciones emocionales por no tener madurado aún otras herramientas de expresión.

En este punto es, donde las familias dicen que su casa se ha convertido en “puros gritos” y nos preguntan como se maneja esto.

Al ser un proceso natural, no tenemos nada que “manejar”, se trata de acompañar y "abrazar" el momento como se pueda.

La "crianza respetuosa" es una “nueva experiencia” en las maneras de criar, y no es muy conocida. Por desconocimiento, a veces se juzga a los padres que la utilizan, diciendo que dejan que el niño "haga sin control" o que lo están “malcriando”.

Y lo que verdaderamente se busca es que el niño sea niño y nosotros adultos acompañemos procesos naturales de maduración.

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Familia: Crianza caótica 

Familia: Crianza caótica

Entonces, una buena idea es; contener, (a veces acercándonos solamente); expresar que comprendemos lo que está pasando (validar emociones del niño) evitar que se lastimen; no gritar o amenazar, sino poner límites claros; y esperar cerca de ellos a que termine.

Suena muy fácil no? Pero la realidad es que no es tarea sencilla.

La crianza o la manera de criar depende de muchos factores. Por ejemplo de nuestra propia infancia, del poco descanso, estrés diario, problemáticas familiares, las miradas ajenas, o también el compartir crianza con familiares con otra mirada suele ser un desafío.

Pero los invito a pensar un segundo de qué persona les gustaría que esté al lado suyo cuando estamos colapsados, llorando, sin poder dormir, nerviosos o angustiados. Y que tratemos de ser esa persona para ellos.

Si sentimos que nos desbordamos, y que no tenemos herramientas para abordar estas etapas busquemos ayuda! Hoy en día hay muchos profesionales dedicados a temáticas de crianza que pueden ayudarnos, como ser pediatras, psicologos, puericultoras entre tantos otros. No dejemos pasar por alto lo que sucede en casa y los que nos pasa a nosotros cuando todo sucede. Todo esto es “salud mental” hay que darle lugar y ocuparnos.

Lali Zurzolo

Doula y Puericultora

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