San Martín vive días cruciales que definen de que forma la ciudad podrá desarrollar sus actividades. Este jueves el COEM hará un análisis de las restricciones de las últimas 72 horas y tomará una decisión para los próximos días. En medio de esta incertidumbre el sector gastronómico se adelante y deja en claro que su posición es poder seguir trabajando, rechazando cualquier posibilidad de cierre.
En medio de la incertidumbre por el virus, los gastronómicos sanmartinenses se adelantan y no quieren dar un paso atrás
En diálogo con Diario 7 Lagos, Agustín Roca, presidente de la Asociación de Hoteleros y Gastronómicos de San Martín de Los Andes (AHGSMA), ponderó el hecho de que entre las restricciones impuestas el pasado lunes no se haya incluido el funcionamiento de los bares y restaurantes de la ciudad.
“Es un paso importante porque se trata de un modelo a seguir, tratar de focalizar en donde están los contagios y en poder aislar rápidamente, eso es lo que se está haciendo en todo el mundo”, expresó Roca.
El referente de gastronómicos y hoteleros expresó que en conversaciones con el intendente Carlos Saloniti ya se habían planteado un escenario similar al que por estos días le toca atravesar a la localidad y allí ambas partes coincidieron en que la idea no pasaba “por cerrar todo el pueblo”.
Respecto a estas conversaciones y la visión de gestión en medio de ala pandemia, Roca señala: “La propuesta de él fue mantenernos firmes con los protocolos y tiene todo el apoyo nuestro para continuar con esa política. Nosotros somos espectadores, no tomamos decisiones, pero si estamos presentes para marcar que es necesario poder abrir, que no se pueda volver atrás”.
Proyectando en lo que pueden ser los próximos meses, el empresario local entiende “que puede venir algo aún peor” y que de la situación negativa que significa tener el virus en la localidad, se puede sacar algo positivo pensando en que puede ser “un golpe educativo” para los vecinos.
Previo a la detección de los casos, en San Martín de los Andes se observaban postales completamente diferente a otros lugares del país, con gente sin protección en la calle, sin respetar el distanciamiento social y hasta con vecinos “compartiendo el mate”.