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El desafío de producir alternativas gastronómicas que salen de lo común

Sandra Salvi, junto a su pareja, son los ideólogos de “Green Food Angostura”, un proyecto gastronómico en la Villa que pone en agenda nuevamente la importancia de ofrecer alternativas en alimentos, en este caso sin gluten, o para celíacos sin TACC, así como también variedades veganas.

Los creadores de Green Food llegaron a la localidad hace un año desde Bariloche. Sandra explica que, a partir de la creación de su emprendimiento, han notado la alta demanda de productos de este estilo y la necesidad que está latente a nivel local. Constituyen además otro ejemplo de perseverancia en medio de la pandemia que ha afectado de forma significativa la economía social.

“Lo primero que hicimos fue ir a las salas comunitarias de Bromatología, yo soy pastelera, estudié en Buenos Aires. Tenía muchas ganas de hacer algo así, pero nos encontramos que en la sala nadie usaba la parte sin gluten ni TACC, y pensamos que bueno estaría”, relata Salvi.

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De esta manera, la joven pareja, comenzó a desarrollar “Green Food”, impulsados también por su sobrina, quien necesita de alimentos sin gluten. Al respecto, la emprendedora afirma lo bien que iba el puesto en el Paseo del Puerto en Bahía Mansa, donde mucha gente se acercaba que quizás no era celíaca, pero tenía amigos o familiares, o simplemente prefería comer sin gluten.

“Apareció y nos pareció muy interesante el hecho de aprender sobre el tema. Con la opción de calentar los productos, ofrecemos pizzas, sándwiches, licuados para una persona celíaca”, remarca Sandra, quien añade que, con el comienzo de la pandemia, debió buscar un trabajo fijo, sin dejar de lado el proyecto.

“La idea nuestra es sumar opciones integrales y veganas. Por diferentes motivos estamos en crecimiento. Empezamos los trámites para habilitar nuestros productos en mayo 2019, recién en la temporada de verano arrancamos y luego llegó el Covid. En febrero nos habían ofrecido un local y tener algo propio, lo pensamos mucho. Hoy agradezco no tener que pagar un alquiler”, admite la emprendedora.

Y agrega: “Tuve que buscar otro trabajo porque, localmente sin turismo, el puesto no tenía sentido a abrirlo”. Así, Salvi comenzó a trabajar hace dos meses, pero con la mantención de la venta local para Green Food y todas las esperanzas puestas en la temporada de verano 2020/21 que comenzará en diciembre.

Otro de los proyectos enmarcados en su emprendimiento es comenzar a elaborar alimentos sin lactosa para aquellos que son intolerantes a este último componente. Green Food también vende por medio de las redes sociales y a gastronómicos, restaurantes y casas de té que utilizan sus productos para sus comensales.

A partir de diciembre, se reabrirá el puesto en el Paseo y la ilusión volverá a renovarse, aunque Sandra entiende que “aún no se sabe como seguirá la pandemia”, por lo que por el momento “no se puede vivir 100 por cien de un emprendimiento”. “Tenemos muchas ganas de tener algo nuestro. Hay que esperar un poco que se acomode todo”, cierra la joven emprendedora.