El rubro de indumentaria no es considerado “esencial” y como consecuencia de la pandemia se ha atravesado una crisis económica al igual que en muchos otros sectores de la economía. En diálogo con Diario 7 Lagos, Cintia, creadora del emprendimiento y local “Animar” de Villa La Angostura, expresó las dificultades que han atravesado durante este tiempo, así como también el aspecto diferencial en el comercio que los ha beneficiado la cuarentena.
El beneficio colateral que vivió el rubro de indumentaria angosturense en la pandemia
“Para este año esperamos que por lo menos no empeore. No podemos quejarnos, terminamos siendo siempre acá en la Villa una burbuja. Estamos siempre aislados de lo que es conflicto, incluso en lo económico el comercio se termina reinventando”, entiende Cintia.
Y explica: “casualmente el rubro se ha visto beneficiado porque al encontrarse en situación de pandemia, el no poder viajar a Chile o a Bariloche para efectuar compras ha provocado la recuperación de clientes que hacía mucho tiempo no apostaban al consumo local en materia de indumentaria”.
“Se nota mucho más ahora la gente que ha podido mantener un sueldo constante, con respecto a la gente que su poder adquisitivo es menor o resulta muy medido para lo que tiene disponible en gastos para un rubro como el nuestro que no es esencial”, remarca la creadora de Animar.
Si bien el comercio electrónico ha sido una de las herramientas clave para fortalecer las ventas de los emprendedores de la región y a nivel nacional, en el caso de Cintia ella explica que “lo han dejado de lado” desde que ha retornado la actividad presencial, mientras que en los meses de aislamiento iba dirigido a la venta de artículos nacionales, a “aquello que la gente no compre por el precio sino porque ya conoce la marca, como el caso de joyas y accesorios pequeños”.
Asimismo, la comerciante del rubro indumentaria relata que el volumen de ventas “era mayor en junio que ahora”, porque en esos meses “aún se creía que la pandemia iba a terminar pronto”: “Muchos comenzaron, a partir de ese tiempo, a medir los ahorros. Ahí se cerraron los bolsillos y ya se gasta lo puntual”, señala la angosturense.
EL comercio electrónico lo dejamos de lado hace raro, ya nos estábamos volcando a la puesta en valor de artículos nacionales, que la gente no lo compre por el precio, sino porque ya conoce la marca y sabe que es un producto nacional. Joyas y accesorios pequeños, que son de uso diario, la gente los compra porque se les rompió y no los compra en mercado libre.
Animar, en Villa La Angostura, nació en 2004 con un pequeño local, mientras que en 2010 se ha inaugurado el segundo comercio donde se dividió “todo lo importado de la tienda y la zapatería”. Fue en 2017 cuando las deudas se acumularon, los empleados debieron irse y se han reunido “los tres socios en un único local, más nuevo y grande. “Estamos poniendo el pecho”, define Cintia, con amplias expectativas a una temporada que comenzará pronto y en donde se buscará fortalecer al cliente local para un rubro no-esencial.