Educación Sexual Integral: “Las propuestas pedagógicas están atravesadas por una mirada binaria que hace pensar en dos únicas posibilidades de ser: hombre o mujer”

“Yo vivo en Neuquén con mi familia, soy mamá de tres hijos.  Camila de 21 años, Selena de 1 y Luciano de 18. Selena, la menor es una niña transgénero. Fue a partir de la vivencia como familia de acompañar y escuchar y poder dar cuenta de la posibilidad de ser de nuestra hija, más allá de los mandatos sociales y culturales, que comenzamos con esta iniciativa”, afirma Allaria.

La presidenta de Gaia Nueva Crianza trabaja “en consonancia con otras familias de la zona que venían escuchando y dando cuenta que su niño o niña estaban mostrando disconformidad con su género”. La referente del grupo explica: “Nuestra sociedad asigna el género a partir de lo biológico, pero el género es una construcción que es independiente del sexo biológico de las personas. Y la Identidad de Género es una autopercepción de cada persona y cada persona puede dar cuenta de quién es y lo que siente”.

De esta manera, Nueva Crianza surge cuando “nosotros como familias decidimos acompañar a nuestras hijas e hijos en el cambio registral de su nombre, porque cuando ellos nos dicen quienes son eligen un nombre que tienen que ver con otro género. Vuelven a nacer y eso es una maravilla que viven nuestras familias”, asegura Verónica.

La presidenta entiende que son estas infancias quienes “nos dicen que saben quiénes son, que tienen sus propios proyectos y van a luchar por ellos”. En tanto, las familias que constituyen la asociación han trabajado a la par con las autoridades provinciales para hacer el cambio registral porque al comienzo no había regulación en el territorio: “trabajamos con la Dirección de Diversidad, el Ministerio de Niñez, Registros Civiles, Ministerio de Ciudadanía. Se hizo un trabajo muy importante  e hicimos el cambio registral de nuestros niños tal como lo dicta la Ley de Género”.

Con reuniones cada 15 días, la pandemia no los detuvo: “pensamos en las vivencias que tenían nuestras infancias en las escuelas, queno la estaban pasando bien. Analizamos que todas las propuestas pedagógicas están atravesadas por una mirada binaria. Esta mirada hace pensar en dos únicas posibilidades de ser: hombre o mujer”, ratifica Allaria.

Y ejemplifica: “Hay baños para varones y mujeres, hay filas diferenciadas de mujeres y varones, en el jardín hay una ronda inicial con canciones para saludar a nenes y nenas o hay rincones diferenciados de a dos. También están enmarcadas todas las propuestas y estereotipos de género con colores, juegos, ropas, peinados permitidos y aceptados en varones y nenas”.

Por tal motivo, Verónica explica que si bien celebran la ESI, ésta queda corta: “diferencia únicamente entre nenas y nenes, con sus respectivos aparatos sexuales y esto contradice la posibilidad de ser de muchas personas. En la identidad de género no son los únicos cuerpos que existen”

La presidenta explica a su vez que desde la agrupación de padres se celebra la ESI, la cual contempla formas de educar en educación sexual de manera integral, hablando de derechos del cuerpo, de la salud, hablando de garantizar la diversidad y de poder dar cuenta de nuestros afectos, y decir no a determinadas situaciones. Además la perspectiva de género y respeta la diversidad, pero falta la ampliación de una mirada más abarcativa en función de todos los géneros que existen y pueden existir.

“El valor está en ser diferente y respetar en la diferencia, en que cada persona trae algo nuevo y distinto. Pensamos que la educación cumple un rol fundamental, lo que se diga en los hogares y lo que la escuela muestre como posibilidad es valiosísimo. En esas edades tempranas debemos poder ampliar la mirada de derechos, siempre desde un espacio de contención y amoroso”, finaliza la presidenta de la Asociación que propone modificar la ESI desde Neuquén para Argentina.