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Día de la Fertilidad: visibilizando las problemáticas reproductivas con empatía y ciencia

En el marco del Día de la Fertilidad, la Doula y Puericultora Lali Zurzolo habla sobre este tema en su columna de opinión.

Cada 4 de junio, se celebra a nivel internacional el Día de la Fertilidad, una fecha que nos invita a reflexionar sobre las dificultades que enfrentan muchas parejas en su camino hacia el embarazo. Este día tiene como objetivo visibilizar los desafíos de la fertilidad en la población, destacar los avances científicos en este ámbito y promover el acceso a un acompañamiento adecuado, desde lo médico hasta lo emocional.

Para algunas familias, la búsqueda del embarazo puede ser un proceso corto y sencillo, pero para otras representa meses o incluso años de espera e incertidumbre. Cada test de embarazo negativo puede traer consigo sentimientos de frustración, ansiedad y desestabilidad emocional, convirtiendo este viaje en uno que requiere cuidado y contención interdisciplinaria. Como puericultora, soy testigo de cómo este proceso puede impactar no solo a las personas que buscan concebir, sino también a sus vínculos y entornos.

Ahora bien, hablemos de infertilidad, ésta es reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad, se define como la incapacidad de lograr una gestación tras un año de relaciones sexuales sin métodos anticonceptivos, o la dificultad para mantener un embarazo. Según datos recientes publicados por la OMS, alrededor del 15% de las parejas en edad reproductiva enfrentan problemas de infertilidad, lo que equivale a aproximadamente una de cada siete parejas en el mundo.

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En Argentina, los registros del Ministerio de Salud indican que la infertilidad afecta a entre el 10% y el 12% de las parejas. A diferencia de lo que se creía en el pasado, no se trata únicamente de una cuestión de edad. Las causas clínicas más frecuentes en el caso del sistema reproductor femenino incluyen la anovulación, endometriosis, fibromas uterinos y bloqueo de las trompas uterinas. Por otro lado, en el sistema reproductor masculino, las causas suelen ser un bajo recuento de espermatozoides, problemas hormonales, o alteraciones en la formación y movilidad de los espermatozoides.

Gracias a los avances científicos, muchas familias han logrado concebir a través de tratamientos personalizados. Técnicas como la fecundación in vitro (FIV), la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) y el diagnóstico genético preimplantacional (DGP) han revolucionado las opciones disponibles. Según la Sociedad Argentina de Medicina Reproductiva (SAMeR), estos métodos han mostrado tasas de éxito de hasta el 40% en ciertos casos, dependiendo de las condiciones específicas de cada paciente. Además, en Argentina, desde 2013, la Ley Nacional N.º 26.862 de Reproducción Medicamente Asistida garantiza el acceso a tratamientos de fertilidad para todas las personas, representando un avance significativo en la equidad de salud.

Hablemos también del componente emocional y el rol interdisciplinario, ya que la fertilidad no solo depende de causas clínicas. El sistema endocrino está influenciado por factores emocionales, y cómo nos sentimos puede impactar directamente en nuestra salud reproductiva. Desde mi rol como puericultora y doula, acompaño a las familias en la construcción de una experiencia que trascienda la búsqueda del embarazo, proponiendo un enfoque integral que invite a conectar con el cuerpo, la sexualidad y los procesos emocionales.

Es importante recordar que, aunque los tratamientos médicos abren posibilidades, también debemos reconocer la importancia de dar espacio y tiempo a los procesos naturales. La fertilidad es un ámbito lleno de incertidumbres, pero también de oportunidades para estar más conscientes de nuestro bienestar físico y mental. Trabajar de manera interdisciplinaria con equipos de salud permite abordar estas etapas desde múltiples perspectivas y con el soporte necesario.

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