La Senadora Nacional Lucila Crexell del MPN, analizó el próximo tratamiento del proyecto de Ley que limita el aumento en las tarifas de servicios como electricidad y gas, y además en materia de política partidaria calificó de “casi una falta de respeto”, el acto partidario realizado en el estadio Ruca Che
Crexell: “hacer política tiene que ver con el resultado de la gestión que uno lleva adelante”
Respecto al tratamiento del tope a las tarifas, Crexel adelantó que “primero se debe determinar si el Congreso realmente tiene competencia para fijar el cuadro tarifario”. Avanzó sobre el nudo del problema con dos definiciones de índole política, al sostener que por un lado todo el arco dirigencial estaba al corriente de lo que iba a pasar “porque al final del año pasado se votó un presupuesto donde estaba previsto el recorte de subsidios”, y por otra parte reconoció que el Poder Ejecutivo debería revisar “la forma en que se van estableciendo los incrementos y en los tiempos en que se están imponiendo”.
En declaraciones a Radio Nacional Neuquén, recordó que tras el tratamiento del presupuesto “hay actas acuerdo donde se acuerda este cuadro tarifario y este incremento como se está dando. No es que de un día para el otro que aumentan las tarifas y nadie sabía”.
Crexell se mostró partidaria de un protagonismo más claro de los Gobernadores “porque son los que tienen que estar sentados con el Presidente, porque en definitiva este proyecto de Ley puede impactar también en las arcas provinciales. Ya sea porque va a producir un déficit -hablan de 80 mil millones de pesos si se retrotrae la tarifa-, o si se reduce el IVA, que como es un impuesto coparticipable, también va a impactar en el reparto de coparticipación de la provincia”.
Desde el punto de vista macroeconómico, la Senadora destacó que “cuando se congela el cuadro tarifario en 2001 con la salida de la convertibilidad, y se empieza a subsidiar la producción de energía, eso generó un desfasaje en las cuentas públicas, que es origen, en gran parte, del problema macroeconómico que tenemos hoy en la Argentina”. Siguiendo con este razonamiento, aceptó que “tenemos que romper en algún momento el círculo vicioso que tenemos en esta Argentina cíclica. Entonces habrá que verdaderamente cambiar las conductas de consumo, habrá que también exigirle a la administración pública transparencia y más eficiencia en la gestión de los recursos; pero me parece que no podemos seguir teniendo actitudes demagógicas”.
Cuando le consultaron, a raíz de la participación clave de los gobernadores en este tema, si había acordado alguna estrategia con el Gobernador Omar Gutiérrez, fue lapidaria al afirmar que “es una misión imposible hablar con el gobernador Gutiérrez, porque él no entiende que los Senadores somos parte de la representación de la provincia ante el gobierno federal”. Y reiteró que “desde que asumió, no ha tenido una relación fluida ni de intercambio con los Senadores”.
Consultada sobre el acto partidario realizado en el estadio Ruca Che, donde Gutiérrez fue el unico orador, primero le apuntó a la pérdida de votantes que viene sufriendo el oficialismo provincial: “He reclamado una revisión de las políticas que se han llevado adelante desde el ejecutivo provincial, y dije que nuestro partido tenía un gran déficit con Neuquén, que no se podía seguir gobernando sin revisar los desaciertos y las cuestiones insatisfechas que durante todos estos años se habían acumulado”.
Dicho esto, disparó sobre la convocatoria, asegurando que “me parece casi irrespetuoso el acto en un contexto de marcado descontento social”, y a su criterio “no son actos en los cuales la gente se movilice genuinamente desde la convicción, más bien los veo como movilizaciones a través de la coerción; y lo veo además como un dispendio de energía, de recursos, de tiempo, para escuchar a alguien que ni siquiera tiene un discurso articulado con la realidad, en una provincia en la que se vive una creciente conflictividad social, y con un incremento en el déficit en la prestación de servicios públicos; con un Estado totalmente ineficiente, mal comandado, y superpoblado, que no resuelve los problemas básicos de una sociedad”.
“Creo –añadió-, que necesitamos un cambio en la dirigencia política: necesitamos cuadros que tengan no solo la capacitación, la formación, sino también razonabilidad, y entender de qué se trata gobernar. La gran demanda social es un cambio cualitativo en la dirigencia política”.
Por último, Crexell indicó que “hacer política tiene que ver con el resultado de la gestión que uno lleva adelante todos los días, y poder comentarlo con la gente en otros ámbitos. Ya cada vez hay menos espacio para movilizaciones prefabricadas”.