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Conocé por dentro el trabajo de los cocineros del Hospital de San Martín: miman y contienen a los pacientes con sus platos

En medio de la pandemia y la crisis sanitaria que propicio el coronavirus en todo el país, se revaloriza mucho más el trabajo de los profesionales y auxiliares del ámbito de la salud. Un eslabón fundamental para el funcionamiento diario de un nosocomio es la cocina y el equipo de trabajo que da vida ese espacio. Conocé por dentro el trabajo del equipo de cocineros del Hospital Ramón Carrillo.

Diario 7 Lagos dialogó con José Moreno, quien actualmente se desempeña como Jefe de cocina. Trabaja en el hospital hace 16 años y cuenta que su profesión es un legado que le dejó su padre y su abuelo, quienes también trabajaron en el ámbito de la salud.

Consultado por este momento atravesado por el coronavirus, Moreno reconoce que no recuerda un momento tan difícil como el actual, asegura que el trabajo ha sufrido fuertes cambios y que se siente mucho en el trato cotidiano de un equipo que trabaja codo a codo para alimentar a toda la población del hospital todos los días.

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“Somos un grupo de cocina con alrededor de 14 personas que vamos haciendo turnos rotativos, antes entonces era costumbres cruzarnos entre los grupos, tener charlas, desayunar juntos, compartir mate. Ahora se extraña un poco todo eso del calor humano, eso nos cambió completamente”, reflexiona el cocinero.

En el día a día la cocina toma vida cuando el camarero comienza a preparar las infusiones, el ayudante de cocina lava las verduras que se van a utilizar para las preparaciones y el cocinero calcula las raciones que se necesitarán para la jornada. Actualmente se calcula que el hospital cuanta con 25 profesionales autorizados a lo que se le reparten raciones y estos hay que sumarle los pacientes.

Escapando al mote despectivo de la llamada “Comida de Hospital”, Moreno asegura que la cocina se caracteriza por “hacer esas preparaciones elaboradas”, rindiéndole de alguna manera culto a la tradición gourmet que sobrevuela en la ciudad. “Nosotros trabajamos hace años para cambiarle la cara a esa idea general que se tiene de la comida”, describe Moreno.

Y en esa misma línea, agrega: “Las mujeres embarazas después de parir se quieren quedar unos días más para comer. La verdad es que tenemos halagos por la comida y eso nos llena de orgullo y nos da ganas de seguir esforzándonos”.

El Jefe de Cocina sostiene que el equipo de trabajo tiene en claro que lo que hacen ellos es Un trabajo de contención”. Asegura que hay relaciones con los pacientes, que muchas veces son conocidos, que se genera una relación de ida y vuelta en el que ellos pueden llegar a influir sobre el estado de ánimo de una persona.

Moreno recuerda el caso de una paciente celíaca que estaba muy comprometida con su salud y que por sus restricciones para comer se había “dejado estar” y ya no quería comer. Con paciencia, mimos, preparaciones especiales, lograron que la situación se revierta y la paciente pueda salir. Cuando llegó el momento del alta médica, la familia organizó un asado para todo el equipo en modo de agradecimiento.

“Tenemos claro que nuestra función es ayudar al paciente, lo que nosotros aportamos es como un remedio más. La comida es el momento más lindo que tiene durante el día y por eso tenemos que llevarle buenos platos”, concluye el Jefe de Cocina.