El angosturense Marcelo Insaurralde es parte del equipo INVAP, la empresa de tecnología de la Provincia de Río Negro que fue parte de la creación del satélite argentino SAOCOM 1B, lanzado el domingo por la noche desde el Centro Espacial Kennedy, ubicado en Cabo Cañaveral, Florida, Estados Unidos. En diálogo con Diario 7 Lagos, el estudiante de ingeniería explicó cómo fue ser parte de un proyecto histórico para Argentina y brindó detalles exclusivos del equipo que trabajo más de cinco años en el satélite.
Conocé al angosturense que participó en el equipo que armó el satélite SAOCOM 1B: “Es un logro que se siente profundamente”
“Es algo que da mucha satisfacción, el trabajo mismo, estar en un proyecto de innovación, saber que esto es algo que va a dar frutos para toda la sociedad, es algo muy valioso. Creo que cualquiera cuando piensa un poco en la ciencia y tecnología te das cuenta la trascendencia que tiene”, remarcó Insaurralde.
Como parte de una experiencia realmente inolvidable, el angosturense repasó los mejores momentos del trabajo para poner a punto el satélite despegado en tierras norteamericanas: “Yo ingresé a INVAP por este proyecto. La mayor parte del Área Satelital se había volcado a los ARSAT, y luego se retomó. Duró bastante tiempo y participar fue muy gratificante, el satélite tiene mucho desarrollo”, explico el miembro del equipo INVAP en Río Negro.
Consultado por las cuestiones más técnicas, Marcelo detalló: “el radar mismo tiene un tecnología que es innovadora, un radar con ese tipo de frecuencia no existía, no en esta magnitud, nunca se hizo un desarrollo así asique fue todo una expectativa. Yo siempre estuve ligado al Área de guiado y control. Un satélite tiene muchos subsistemas y cada subsistema es imprescindible, algunos como el sistema justamente de guiado y control es el que se encarga de moverlo y posicionarlo en la órbita”.
Y agregó: “Para que te des una idea un satélite es algo similar a un robot, se auto-controla en lo que tiene que ver con los movimientos, a pesar que tiene una interacción constante con puestos de control en la Tierra. Hay dos puestos de control en argentina y varias en otras partes del mundo que van haciendo de soporte”.
Cabe destacar el Satélite Argentino de Observación Con Microondas (SAOCOM) 1B, que comenzó a ensamblarse en el 2015 y fue lanzado en el centro espacial de Cabo Cañaveral por un cohete Falcon 9 de la empresa Space X, se encuentra orbitando a 620 kilómetros de altura junto a su gemelo, el 1A ( 2018).
Así, el SAOCOM 1B permitirá la obtención de imágenes de alta calidad e información sobre los niveles de agua del suelo. Podrá obtener imágenes de la superficie terrestre pero también aquello que se encuentra por debajo hasta dos metros de profundidad de acuerdo a las condiciones del suelo.
Entonces, Marcelo señala que se podría decir que el satélite “es una especie de robot cuyos movimientos están para ser controlados”. Lo cierto es que sin duda uno de los principales desafíos a los que se enfrentó Marcelo se vinculan con el trabajo del desarrollo satelital en el marco de la pandemia y la distancia.
“Fue un desafío trabajar a distancia, INVAP no tenía diagramado un esquema de teletrabajo pero por suerte tenía sistemas de redes y comunicación interna. Se hicieron adaptaciones, fue un esfuerzo en conjunto desde los empleados de distintas áreas. Funcionó muy bien desde que se declaró el aislamiento preventivo y obligatorio”, relató el angosturense.
Finalizando sus trabajos referidos al proyecto SAOCOM 1B el año pasado, este año Marcelo ya pasó a ser soporte del satélite recientemente lanzado. “Hay que recordar que estaba fabricado hace un año más o menos y estaba a la espera del lanzamiento. Incluso compañeros míos que fueron a la base de Cabo Cañaberal recibieron la comunicación de que el lanzamiento se atrasaba un mes”. Y añade: “fue un camino verdaderamente largo”.
En tanto, el SAOCOM 1B -que se trasladó a los Estados Unidos en febrero-, junto con el SAOCOM 1A, conforman la Misión SAOCOM. Ambos satélites fueron fabricados y diseñados en Argentina por la CONAE junto con la empresa INVAP, contratista principal del proyecto, de la cual Marcelo es parte.
Asimismo, también fueron partícipes la firma pública VENG, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) y el Laboratorio GEMA de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), con la inclusión de más de 80 empresas de tecnología y científica nacionales que estuvieron adheridas al proyecto.
Los momentos previos al flamante lanzamiento fueron inolvidables para él y el resto de sus compañeros. El angosturense resalta a Diario 7 Lagos que se trata de una experiencia “con mucha expectativa, donde se va formando una comunidad entre toda la gente que trabaja”.
“Termina el proyecto y es un logro que se siente muy profundamente. Por años, uno está haciendo trabajos de desarrollo, software, partes físicas, placas electrónicas, de alguna manera todos lo tuvieron en sus manos. Después cuando vos ves que se lanza, unos minutos después, cuando se abre lo que se le llama la cofia, donde está el satélite, que se va desarmando, en el momento en que se destapa el satélite es como un hijo que se lanza a la vida, se lanza solo en el espacio y comienza su funcionamiento”, relata.
Insaurralde entiende que si bien su ambiente pertenece a las ciencias exactas y duras, es justamente en ese momento donde “pega lo emocional”. Todos los que trabajaron en esto van a coincidir en que hay mucha parte de emoción en todo esto y mucho compromiso. “Fue fuerte”, sentencia.
“Es algo que en Argentina se debe saber y yo quisiera que se contagie de alguna manera, que haya compromiso y que se crea en lo que hace. Es un hecho que en nuestro país, con tantas crisis y tantos problemas, la gente debe saber que si se propone algo con compromiso lo puede lograr. Es algo muy noble”, finaliza Marcelo.