El grupo “El Futuro No es Desechable” generó una gran repercusión en Villa La Angostura. Diario 7 lagos dialogó con Camila Torrez, ideóloga del proyecto, quien contó cómo surgió la iniciativa que cautivó la atención de más de 30 jóvenes locales en una semana y cuáles son los planes a seguir de un proyecto con futuro regional.
Cómo surgió “El Futuro No es Desechable”, el proyecto que se multiplicó en la conciencia ambiental de los jóvenes angosturenses
“Yo estudio en San Luis, y me vine a Villa por el tema de la pandemia. Soy nativa y criada acá pero siempre vengo en las temporadas de verano e invierno a trabajar. Si bien siempre tenía presente el tema de residuos, yo no me daba cuenta por estar a full o inconscientemente sabía que algo estaba mal”, relata Camila.
Fue entonces como nació la idea que creció a pasos agigantados gracias a la conciencia ambiental de las juventudes angosturenses: “fue hace muy poco, tres semanas. Venía caminando para mi casa que se encuentra cerca del Boulevard QUETRIHUE. Comencé a ver latas, residuos, basura por todos lados y me estresé, fue como que me agarro una sensación de tristeza y odio”.
Torrez agrega: “Ahí fue cuando me comuniqué con una amiga para preguntarle si ella quería ir conmigo y fue ella quien me propuso la idea de presentar el proyecto al Área de Juventud y el Municipio. Entonces plasmé mis ideas en la computadora, fuimos al lugar y me lo aprobaron”.
La condición para que “El Futuro No es Desechable” tome forma era el hecho de reunir a cinco “líderes” que visibilicen la idea que querer movilizarse por el medio ambiente. Camila reunió a cinco jóvenes y a partir de ahí comenzaron las salidas, que ya llevan dos en la ciudad, con vistas de planificación de la tercera.
“La idea es siempre sumar más gente. Comenzamos siendo cinco y hoy somos más de treinta. Desde Juventud nos contactaron con los chicos de GIRSU para planificar la recolección de residuos”, remarca Camila.
Cabe destacar que los objetivos del grupo son: generar un impacto positivo en la naturaleza y cuidar el medio ambiente, así como también concientizar a la gente y enseñar sobre cómo cuidarlo e invitarlos a participar. “Quizás en un futuro un objetivo sería ir a dar charlas a escuelas y realizar reuniones cuando finalice la pandemia”, añade Torrez.
La joven explica que en la primera salida fueron cuatro voluntarios quienes participaron de la limpieza del BOULEVARD QUETRIHUE: “allí vivimos la primera experiencia. Queríamos ver cuánto tiempo nos tomaba, cómo juntábamos toda la basura que íbamos viendo por el camino. Pensamos que era mejor hacerlo nosotros primero y luego comenzar a convocar gente”.
Camila relata: “Allí nos dimos cuenta la importancia de ir con ropa cómoda y de elaborar pinchos, consejo que nos dieron los chicos de GIRSU para recolectar la basura”. En la primer salida, los voluntarios pudieron ver “a lo que se enfrentaban” y cuál iba a ser la dinámica de trabajo, la cual desplegarán por varios meses.
La segunda salida fue en la Bicisenda: allí el grupo recolectó 38 bolsas y detallaron: “el trayecto finalizaba en la playa del lago Correntoso, pero en ningún momento pensamos que en un lugar tan transitado y con cestos de basura íbamos a encontrarnos con tantos residuos”.
Camila, por su parte, resalta a Diario 7 Lagos que resulta increíble “ver el impacto de cuando terminas de recolectar y decir ‘no puede ser, llenamos una camioneta’. Cuando terminas te quedas impactado, es fuerte. Vas caminando y juntando con toda la energía pero cuando frenas que decimos bueno listo chicos hasta acá llegamos, terminamos, y ves la cantidad de bolsas, el corazón se te estruja”.
La angosturense asegura además que la conformación del grupo generó la asignación de roles y la posibilidad de aportar un “granito de arena” al cuidado ambiental: “Todos nos vamos súper felices de poder ayudar. Antes la gente le echaba la culpa a los turistas, decía que era la gente de afuera. Ahora solo hay gente del pueblo, asique se puede ver lo que sucede y prestarle atención localmente”, expresa.
Se trata, sin dudas, de un trabajo en equipo. El grupo hará una salida a la semana y otra los fines de semana, siempre acompañados desde el área de Juventud y desde GIRSU, quienes les aconsejan a que zonas pueden acercarse y cuáles deben ir ellos porque resultan peligrosas al encontrarse con vidrios, agujas y otros deshechos cortantes.
“Queremos concientizar a la gente, limpiar el medio ambiente, continuar con el trabajo, lograr que se vuelva algo de la rutina de cada uno. Queremos que esto se vuelva una responsabilidad y una actividad que se tome en serio”, sentencia Torrez.
En paralelo, desde El Futuro No es Desechable ratifican: “Hoy todos nosotros pusimos nuestra energía para lograr un cambio y cuidar el ambiente para un presente y futuro”. Para más información, podés buscarlos en redes como @elfuturonoes.desechable en Instagram y en Facebook.