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Cocinas colaborativas: el nuevo proyecto en Angostura que sigue la reglamentación del Código Alimentario Argentino

El proyecto de cocinas colaborativas en Villa La Angostura toma forma: con una ya existente Sala Municipal de Elaboración Comunitaria de alimentos para los productores y emprendedores locales, ahora se busca impulsar su uso a través de la reglamentación nacional y en línea con la legislación que cambió en febrero.

En los últimos días, desde Primero Angostura se mantuvo un encuentro de trabajo con técnicas de la Dirección de Bromatología, quienes brindaron información sobre el desarrollo del proyecto. En diálogo con Agustina Vaca Arenaza, la concejal del Bloque brindó detalles sobre el objetivo de la iniciativa y sus avances recientes.

“Nos reunimos en comisión, donde participan todos los bloques. Lo que se busca es fomentar el uso de cocinas ociosas de manera colaborativa encuadrado dentro de la actualización del Código Alimentario Argentino que incluyó los establecimientos comunitarios en febrero de este año”, precisó Vaca Arenaza.

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Cabe destacar que el mes pasado se incorporó, luego de una reunión plenaria de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), el Artículo 152 tris del Código Alimentario Argentino (CAA): “Se entiende por establecimiento comunitario al ámbito de uso compartido en donde dos o más elaboradores pueden realizar, de manera simultánea o no, la elaboración, el fraccionamiento, el envasado, el almacenamiento y/o la comercialización de alimentos”.

Cabe destacar que el Código Alimentario Argentino (C.A.A.) es un conjunto de disposiciones higiénico-sanitarias, bromatológicas y de identificación comercial que fue puesto en vigencia por la Ley 18.284. Tiene como objetivo primordial la protección de la salud de la población, y la buena fe en las transacciones comerciales.

Las cocinas colaborativas, o establecimientos comunitarios, pueden corresponder a uno o más rubros y categorías de alimentos, “siempre y cuando sean autorizados por la Autoridad Sanitaria competente cuando verifique que se implementan las medidas preventivas y de control necesarias para garantizar su inocuidad, dando cumplimiento a las condiciones que sean aplicables con lo establecido para garantizar el cumplimiento de las Buenas Prácticas de Manufactura”.

Además, el establecimiento deberá contar con la supervisión de un Responsable Técnico que esté capacitado para cumplir con las funciones definidas en el Código y, además, para supervisar y coordinar las tareas de los elaboradores y llevar registro o libro de los convenios o acuerdos escritos cuando correspondiere.

“Fue una interesante reunión de trabajo, en la que pudimos recibir información sobre los avances que se vienen realizando en este proyecto colaborativo, y esperemos que pueda impulsarse en el corto tiempo”, aseguraron desde el Espacio luego del encuentro con profesionales del área de Bromatología angosturense.

Y cerraron: “Desde nuestro espacio, consideramos que este tipo de proyectos es prioritario que se lleven adelante porque está directamente ligado a nuestro compromiso con las prácticas colaborativas y la economía circular”.