China desafía con una posible expansión de su base espacial en Neuquén

El proyecto genera nuevas tensiones diplomáticas y vuelve a encender las alarmas por su uso dual científico-militar

China podría estar planificando una ampliación de su controversial base espacial en Neuquén, una instalación que desde su inauguración en 2017 ha estado en el centro de las discusiones sobre soberanía, tecnología dual y geopolítica. Durante una reciente visita oficial, funcionarios chinos deslizaron que “está prevista una segunda etapa de obras”, frase que reavivó los cuestionamientos tanto a nivel local como internacional.

La base espacial china en la Patagonia argentina, ubicada en Bajada del Agrio, fue construida bajo convenios firmados durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y ajustados luego por Mauricio Macri. Sin embargo, la estación es operada exclusivamente por personal chino y se accede solo con autorización previa de Beijing, lo que plantea interrogantes sobre la limitada soberanía que ejerce Argentina sobre esa zona.

FV Jun24 790x100.gif

Presiones de Estados Unidos en plena reconfiguración geopolítica

El momento de esta posible expansión no es casual: el presidente Javier Milei ha alineado su política exterior con Estados Unidos, alejándose de China. En ese marco, Scott Bessent, secretario del Tesoro estadounidense, instó a la Argentina a romper la dependencia financiera del swap con China, un mensaje directo sobre el rumbo económico y geoestratégico que Washington espera del nuevo gobierno.

A lo largo de los años, la estación espacial de Neuquén se volvió una pieza clave para las misiones chinas Chang’E 4 y Chang’E 5, incluyendo el alunizaje en la cara oculta de la Luna y la recolección de muestras lunares. Pero lo que más preocupa a analistas internacionales y sectores del gobierno estadounidense es el posible uso dual de la tecnología instalada: lo que en papeles es un centro científico, podría tener capacidades militares o de inteligencia satelital.

Tecnología dual y acceso restringido

La gigantesca antena parabólica de 35 metros tiene un potencial que excede el simple contacto con sondas espaciales. Expertos advierten que puede ser utilizada para interceptar comunicaciones o seguir satélites militares. Estas inquietudes han sido reiteradas por voces como la generala Laura Richardson del Comando Sur de EE.UU. y el embajador Marc Stanley, quien expresó: “Sorprende que Argentina permita operaciones militares chinas en secretoen su territorio”.

En términos legales, el proyecto está amparado por la Ley 27.123, que otorga beneficios excepcionales a la parte china: desde procesos acelerados de visa hasta permisos de espectro radioeléctrico y aplicación de leyes laborales chinasdentro del complejo. Además, los conflictos legales no se dirimen en tribunales internacionales, sino mediante canales diplomáticos sin mecanismos obligatorios de arbitraje, lo que limita la capacidad de Argentina de ejercer controles efectivos.

Una oferta con diplomacia espacial incluida

Durante su última visita, funcionarios chinos ofrecieron incluso llevar a un astronauta argentino al espacio, lo que demuestra cómo el gigante asiático emplea su diplomacia espacial como herramienta de influencia geopolítica, compitiendo directamente con las iniciativas de la NASA.

Fuente: ElArchivo