Detrás del temporal siguen surgiendo historias de familias damnificadas, comerciantes, empleados, concesionarios, proveedores de servicios, entre 350 y 400 personas/familias, que sufren las consecuencias de una temporada que nunca llegó, y esta vez no por falta de nieve. “Para nosotros, la temporada alta nunca existió”, aseguran.
Cerca de 400 personas, cuyos ingresos dependen de Cerro Bayo, reclaman por falta de luz y reapertura de la ruta: “Lo que uno busca es sostener la fuente de trabajo”
El temporal dejó a la localidad sin luz, y uno de los voceros afirma que ven con acierto que las tareas del EPEN hayan estado abocadas a restablecer el servicio en todo el ejido, sin embargo, a 20 días del fenómeno reclaman que “ninguna cuadrilla del EPEN ha trabajado en la ruta de acceso a Cerro Bayo”. Afirman que el EPEN acercó un generador “enorme y costosísimo”, que consume mucho gasoil, para alimentar a toda la montaña.
Sumado a esto, otro de los mayores problemas se da por el derrumbe que cortó la ruta y sobre el que se empezaron nuevas tareas, pero no hay soluciones concretas.
“Los días de alta, como el fin de semana largo de agosto, son días récords que vienen proyectándose año a año con una afluencia mayor que alta, un alta total. Estos tres días, hay gente que a esta altura de la semana y sin una perspectiva real y cierta de la definición con la apertura de la ruta, ya tomaron alojamiento en otras localidades, esos tres días están casi perdidos, aunque ante una eventual apertura de la ruta tenemos la esperanza de que esto por lo menos alcance para reactivar estos días y poder seguir trabajando en el mes de agosto”, asegura uno de los concesionarios de un refugio muy concurrido de la montaña.
Lo que buscan los damnificados es estar en condiciones de trabajar, “si no esta la ruta habilitada de forma fluida, de manera que pueda llegar la gente, no estamos en condiciones de trabajar, lo que uno busca es sostener la fuente de trabajo y los paliativos que se puedan haber dado, pueden ser los créditos, ayudas, traslados lacustres son eso: paliativos, pequeñas ayudas, pero no permiten contar con la afluencia y el trabajo que habitualmente se espera y que es la temporada que sostiene hasta el próximo año”, explican.
En cuanto a los concesionarios, afirman que las reservas y proyecciones venían en alza respecto de este fin de semana largo que se avecina, los refugios gastronómicos no tienen números exactos, pero sin exagerar cuentan con un 40% menos de gente que llega a los refugios, “unas 1000 personas que llegaban por día desde Bariloche a pasar el día en Angostura, hoy no está viniendo”.
A esto hay que agregar a aquellos que toman servicios en el pueblo, como el alquiler de indumentaria, equipos y traslados, están directamente vinculados al cerro, descontando a los alojamientos, restaurantes y demás comercios.