Pese a que la cuarentena ha paralizado las actividades artísticas, Cecilia Roth es una de las pocas actrices que han podido sortearla con Amor de cuarentena, una obra que se transmite por streaming, y con Crímenes de Familia, el film que estrena Netflix (que también puede disfrutarse en Cine.ar).
Cecilia Roth, una mujer que se reinventa: “La idea del actor glamoroso es falsa y se ha quedado en el tiempo”
La consagrada actriz habló con Ciudad y explicó cómo compuso a Alicia junto a su amigo Miguel Ángel Solá y el director, Sebastián Schindel, quien ya se ha ganado su público con las excelentes películas El patrón, radiografía de un crimen (2013) y El Hijo (2019, también disponible en Netflix). Pero además, Cecilia también habló sobre el duro presente que viven muchos de sus colegas y de la acción social en la que participa para aliviar su situación.
-¿Cómo vivís el hecho de que este estreno llegue directamente a Netflix por la pandemia?
-A mí me convocaron para la película, que iba a llegar el 20 de mayo a los cines, pero al final no se pudo por la pandemia y no sabíamos cuando terminaría estrenándose. Entonces desde Netflix vieron la película, les gustó muchísimo y se hicieron cargo de ella y por eso salió como una producción propia; pero en un principio iba directo a los cines. Le pasó también a La Red Avispa que es una película que iba a estrenarse en cines con Edgar Ramírez y Gael García Bernal, Penélope Cruz y Leonardo Sbaraglia.
-¿Filmarías una película que se estrene solo para streaming?
-No tengo problema en trabajar para otras plataformas. Me parece que está buenísimo y no tengo ningún tipo de prejuicio. Lo que no quiero es que se termine la idea de ir al cine en estado de comunión con el público, y ver una película en pantalla enorme. Pero eso no quiere decir que yo por trabajo deje de hacer cine (para streaming) o teatro por WhatsApp como Amor de cuarentena o lo que sume a nuestras posibilidades como actores y actrices. En este momento, más allá si elegís una cosa u otra, el trabajo de los actores o actrices no existe y, por ahora, desde el Estado no hay una solución para ayudarnos.
“NO QUIERO QUE SE TERMINE LA IDEA DE IR AL CINE EN ESTADO DE COMUNIÓN CON EL PÚBLICO, Y VER UNA PELÍCULA EN PANTALLA ENORME”.
-¿Cómo fue trabajar con Sebastián Schindel?
-Desde un primer momento, me enamoré de la película, me enamoré de él y de su forma de trabajar como director y como cabeza de equipo. Conocí a un nuevo autor.
-Volviste a trabajar con Miguel Ángel Solá después de casi 30 años. ¿Cómo lo viviste?
– En 1977 filmamos con Sergio Renán Crecer de golpe y Miguel en esa época era un galán total. Me acuerdo que estaba viviendo en España y me llamo Renán para hacer la película en Buenos Aires y mis viejos, que estaban allá exiliados, se morían de miedo de que yo tuviera que volver. Yo tenía 18 años y me moría de ganas de venir y el director me dijo que no había problema. Después trabajamos en Atreverse (1990) y Desde adentro (1992), y después nunca más, pero lo he visto mucho en España, me lo encontré incluso en el Festival de cine de Venecia. Cuando trabajás con una persona de la cual conocés sus raíces más profundas, te das cuenta de que en el trabajo del actor aparecen cosas que no aparecen en una relación normal de un mes. Te conectás con esa persona como si te conectaras con alguien a quien conocés hace mucho tiempo. Entonces cuando nos volvimos a ver, nuestra relación fue siempre muy cariñosa.
-¿Tuviste contacto con alguna de las personas que vivieron el drama en el que se basa el film?
-La película está basada en varias situaciones, varios casos a los que se les incluyó ficción también. No hubo necesidad de contactar a ninguno de sus protagonistas porque había mucha información. Lo que sí trabajé con Sebastián fue en encontrar quién era Alicia, ese personaje tan distinto a mí en su historia. Recuerdo que lo primero que dije fue ‘esta mujer tiene que tener una cruz que la defienda de todo lo que ella no quiere saber y de todo lo que ella necesita ser cuidada y defendida’. Y ponerme esa cruz me conectó mucho con ese pensamiento. Yo creo que Alicia se detiene en las pequeñas cosas y las cosas importantes no cuentan. No quiere meterse en esas cosas tan importantes de su vida y entonces los pequeños detalles le molestan permanentemente y por eso se enoja porque su empleada Gladys no le puso el azucarero donde tenía que estar, y su única relación profunda y humana es la que tiene con el niño Santi.
-¿Y cómo lograste tan buena química con el nene?
-Tiene 3 años y no sabía que estaba una película. Fue increíble lo que pasó con él porque hubo muchísimo trabajo que hacer para construir el vínculo. Empezamos a trabajar mucho antes de filmar la película con el niño, que vive en Misiones porque es hijo de Yanina Ávila, la actriz que interpreta a Gladys. Y eso fue una suerte porque hubo veces en las que se empacaba y pedía por la mamá, que salía de detrás de escena a calmarlo, pero siempre terminábamos enganchados porque habíamos encontrado una forma de vincularnos y se logró. Sigo hablando con ellos y él me sigue diciendo tía. Yanina trabajó en Una especie de familia (2017), de Diego Lerman, y yo espero que siga trabajando en cine porque es una gran actriz y espero que no exista el prejuicio de naturalizar que solo puede hacer un tipo papel.
-La película comienza con Alicia y su marido visitando a su hijo, que está en la cárcel por una grave acusación y ella cree ciegamente en su inocencia. ¿Cómo reaccionarías ante una situación similar?
-No creo que me suceda algo así. Además no me gusta pensar en ‘si te pasara cómo actuarías’ porque no sé cómo lo haría. De todas maneras no creo que me pueda suceder algo como lo de Alicia porque hacen falta muchos factores. Y no le sucede solo a Alicia sino a una familia que tiene las cosas un poco revueltitas. La relación entre Alicia y su marido es hueca, en la que no concilian en el hecho de que ella no quiere que su hijo sufra y no se hace cargo de lo que ha pasado con él, ni le pregunta cómo fueron las cosas, ella solo quiere verlo fuera de allí.
-Es una actitud muy creíble, como ocurrió en el caso de los rugbiers que asesinaron a Fernando Báez Sosa…
-¡Pero por supuesto! Y estaban enojados con el chico que había muerto y con su familia.
-¿Cómo hacen los actores que no trabajan por pandemia para sobrellevar este momento?
-Hay distintas asociaciones y grupos de gente de la cultura que están a los gritos pidiendo ayuda porque la cultura es esencial para un país. Refleja la realidad de una sociedad y hace que quienes pertenecen, se identifique. Y quienes no, conozcan quiénes somos. Pero más esencial es que la gente coma. Los artistas que trabajan masivamente son apenas el siete por ciento del total. El resto trabaja al día, o sea que el día que no trabajan, no comen o no pagan el alquiler. Por eso a través de una maravillosa organización que comenzó Mosquito Sancineto hacemos Artistas Solidarios desde donde tratamos de ayudar a quienes están en una categoría de pobreza con bolsones de comida y ropa. La idea del actor glamoroso es falsa y se ha quedado en el tiempo.
“A TRAVÉS DE UNA MARAVILLOSA ORGANIZACIÓN QUE COMENZÓ MOSQUITO SANCINETO HACEMOS ARTISTAS SOLIDARIOS, DESDE DONDE TRATAMOS DE AYUDAR A QUIENES ESTÁN EN UNA CATEGORÍA DE POBREZA”.
-¿Crees que el streaming va a reemplazar al cine y la TV o que convivirán a futuro?
-“Nada se pierde y todo se transforma”, porque se pensaba que la radio iba a terminar con la aparición de la televisión, pero se transformó, al punto de ser fundamental en la vida. Yo no escucho radio, pero porque no tengo el hábito de hacerlo. Sin embargo, la gente escucha radio a full y se ha convertido en algo que no tiene nada que ver ni con el cine ni con el teatro ni con nada. Hay montones de formatos nuevos que están apareciendo desde nuestro querido Zoom que es la única manera de comunicarse con la gente, pero que se está utilizando también para actuar. Hay varias series y algunas películas que se hicieron por Zoom, utilizando todo lo que hay disponible para satisfacer las necesidades de comunicación de parte de los actores. Este es mi trabajo y yo necesito hacerlo, y aunque yo sienta que tengo un resto para vivir y ayudar y ser solidaria, necesito trabajar porque es mi vida.
-¿Has recibido proyectos pese a la pandemia?
-Me han convocado por algunos proyectos, pero está todo en stand by. Amor de cuarentena, por ejemplo, lo hicimos para España con Leo Sbaraglia y dos actores españoles –María Valverde y Jaime Llorente– y le fue muy bien. En este país se están haciendo cosas mediante un protocolo que nosotros todavía no tenemos aunque hay varias ideas. El otro día me llegó información sobre un protocolo que se diseñó para la Ciudad de Buenos Aires, pero me da como miedo. Nosotros íbamos a estrenar Bodas de sangre, de García Lorca, en el Teatro Nacional San Martín con 28 personas arriba del escenario y ahí no hay protocolo que alcance.
-Crímenes de familia trata mucho el tema de la maternidad. ¿Qué es lo más complicado y lo mejor de tu maternidad?
-Lo mismo es lo complicado que lo mejor porque las cosas complicadas de la maternidad las voy tratando. Mi hijo tiene 21 años, pero será siempre mi hijo. (…) Las cosas complicadas son las que se van resolviendo con el tiempo. El tiempo hace mucho en la maternidad, actúa siempre a favor. No creo que le cambie nada a mi maternidad. Creo que todo lo que fue sorprendente lo seguiría siendo, creo que un hijo es un aprendizaje permanente.
-¿Sabés algo de la biografía que está escribiendo Fito Páez?– ¡Ah, pero de eso no te voy contar nada!(Ciudad.com.ar)