Cristian es un joven de 21 años que fue de vacaciones con su familia a Bariloche, provincia de Río Negro. Una imagen le llamó la atención y decidió denunciarla en un video que publicó en TikTok y que se volvió viral.
Bariloche: habló el dueño de la perra que se viralizó
Hace unos días un joven, que viajó a Bariloche, grabó un video y denunció la tradicional foto con el San Bernardo. El dueño de la perra salió a defenderse.
La tradicional escena es la de un perro San Bernardo con un barril en el cuello al que los turistas se acercan para sacarse la emblemática foto. Al usuario @crispierri esa imagen le generó rechazo y decidió compartirla en la red social. En pocas horas el video superó las 2 millones de reproducciones.
"No me importa que tradición tenga esto en Bariloche, pero hace días veo al perro atado sin importar nada. No consuman esto. Es esclavizar a un animal para un bien económico", expresó el joven.
Frente a esto, el dueño de la perra dialogó con Infobae y explicó que Quimey (el nombre de la San Bernardo), es parte de la familia "es una hija más. Por eso me da bronca cuando se dice que maltratamos a los perros". Y remarcó que el can come alimento balanceado con 30 proteínas y que cada seis meses visitan al veterinario para hacerle una resonancia y ver el estado de sus huesos.
"Es una imagen típica de los puntos turísticos de Bariloche. Lo piden los propios turistas, especialmente los que vienen de Brasil que nunca vieron un animal así", expresó Alonso, y agregó que los días que la perra no va al cerro extraña el contacto con las personas porque está acostumbrado a ver gente a diario.
Por último, el dueño de Quimey se defendió: "Vas a Punta Cana y te sacan una foto con un tucán en el hombro o en el norte de Argentina te hacen una imagen con un guanaco o una llama. Nadie denuncia eso, nadie se queja. Lo único que quiero es que por un inescrupuloso que maltrata a su perro, paguemos todos los que si hacemos bien las cosas y cumplimos con la ley".
Qué dice la ley sobre esta práctica
En 2019, a través de una ordenanza, el Concejo Deliberante de la localidad decidió desalentar fuertemente la actividad. De acuerdo al texto aprobado por los ediles, los perros que acompañan a sus amos al aire libre serán también los últimos. En otras palabras, ordenaron que una vez que mueran los actuales canes ya no se otorgarán nuevos permisos municipales a sus propietarios, publicó Clarín.
Además, la actividad se podrá realizar con animales inscriptos en un registro municipal y que cumplan las condiciones de salud. Un veterinario examinará anualmente al perro para confirmar que se encuentra en condiciones físicas de continuar.
La ordenanza establece que cada perro no podrá “trabajar” más de tres horas diarias, colocando un límite crucial a algunos de los propietarios que exponían a sus animales a prolongadas jornadas mientras esperaban turistas.