Anya Taylor-Joy, la actriz con orígenes argentinos, ha confirmado que protagonizará el remake del clásico de terror a las órdenes del director Robert Eggers, con quien ya trabajó en La Bruja.
Anya Taylor-Joy resucita el mito de Nosferatu
La actriz Taylor-Joy, que pasó su infancia en Buenos Aires y considera la Argentina como su hogar, tiene varios estrenos pendientes y otros tantos en marcha
Anya Taylor-Joy es, sin duda alguna, una de las actrices de Hollywood más solicitadas de los últimos tiempos. La actriz, que pasó su infancia en Buenos Aires y considera la Argentina como su hogar, tiene varios estrenos pendientes y otros tantos proyectos en marcha. Uno de ellos es una nueva versión del clásico de terror Nosferatu, basado en la figura de Drácula.
Taylor-Joy nació en Miami hace 25 años, pero se mudó a la Argentina cuando apenas era un bebé. Acá pasó sus primeros años, y cuando la familia decidió trasladarse a Londres, la pequeña se negó a aprender inglés, pensando que, si seguía hablando únicamente español, sus padres le mandarían de vuelta a la Argentina.
Sus primeros pasos profesionales fueron como modelo, y a través de los contactos que consiguió en ese trabajo comenzó su carrera como actriz. Se dio a conocer al mundo gracias al film de terror La Bruja, dirigido por Robert Eggers, quien recientemente también dirigió la inquietante película El Faro, aclamada por la crítica.
El gran salto a la fama de Anya Taylor-Joy se produjo con la recomendada serie Gambito de Dama, en la que daba vida a la ajedrecista Beth Harmon. Esta producción de Netflix fue el auténtico fenómeno televisivo de 2020, un éxito que fue mucho más allá de la pequeña pantalla. La serie impulsó la práctica del ajedrez, sobre todo entre las mujeres, una labor que profesionales como Jennifer Shahade, miembro del Team PokerStars, persiguen desde hace años. La práctica del juego se disparó en todo el mundo, también en Neuquén, donde se lanzaron diversas iniciativas docentes para enseñar y animar a jugar al ajedrez.
Tras el éxito de Gambito de Dama, por el que Anya Taylor-Joy fue nominada a un Globo de Oro a mejor actriz, se le pudo ver en películas como Emma, un remake basado en la novela de Jane Austen. Y parece que la actriz tomó el gusto por los clásicos, puesto que, además de confirmar que formará parte del elenco del Nosferatu de Robert Eggers, también se está hablando de su participación en una precuela de Mad Max. Esta saga de películas fue originariamente protagonizada por Mel Gibson, y más recientemente por la actriz Charlize Theron, a quien Taylor-Joy sustituirá en la nueva entrega.
El estreno de la nueva versión de Nosferatu no se espera hasta 2024. Antes, el próximo año, podremos ver una nueva colaboración entre el director Robert Eggers y la actriz Anya Taylor-Joy. Se trata de la película The Northman, una historia de vikingos en la que también participan actores como Nicole Kidman, Ethan Hawke o Willem Dafoe y la cantante islandesa Björk.
Habrá que esperar para ver qué lectura hace Eggers del vampiro basado en el mito de Drácula al que se vio en la gran pantalla por primera vez en 1922. Nosferatu de F. W. Murnau está considerada como una de las grandes joyas del cine de terror de todos los tiempos.
Esta adaptación libre de la novela de Bram Stoker fue revisitada tiempo después por otro director alemán, Werner Herzog. Esta versión de 1979 contaba como protagonista con el actor fetiche de Herzog, Klaus Kinski, con quien mantenía una relación complicada. Además, ocupaban papeles protagónicos el actor Bruno Ganz, uno de los rostros más conocidos del cine europeo independiente, y la actriz francesa Isabelle Adjani.
Nosferatu: El Vampiro no tuvo lógicamente la repercusión del original de Murnau, aunque permanece como obra de culto y en su momento fue éxito tanto de crítica como de público. En 1988, se hizo una secuela de esta película en la que Kinski retomaba su papel como Nosferatu, pero esa versión no tuvo éxito.
Tanto Anya Taylor-Joy como Robert Eggers han conseguido dejar su impronta personal en los trabajos que han realizado hasta la fecha. Veremos si su relectura de Nosferatu está a la altura de las anteriores.