El 4 de junio de 2011 cerca de las tres de la tarde, hace exactamente diez años, una capa densa de ceniza cubrió toda la superficie de Villa La Angostura como consecuencia de la erupción del Volcán Puyehue, hecho que marcó y transformó para siempre la vida de los vecinos angosturenses.
A diez años de la erupción del Volcán Puyehue: “Nadie en Villa La Angostura podía creer lo que estaba viviendo”
David Tressens Ripoll, actual Presidente del Concejo Deliberante de la ciudad y quien ocupaba el cargo de secretario de Defensa Civil, dialogó con Diario 7 Lagos y rememoró detalles únicos de aquellos días: el momento en que la erupción fue un hecho y llegó la inmensa noche en plena tarde –lo que dio inició a la organización COEM- así como también los destacados lazos solidarios que comenzaron a forjarse en el pueblo.
“Nosotros, hacia entre 48 y 72 horas que habíamos leído en un diario chileno que había elevado el nivel de alerta. Es imposible vaticinar una erupción volcánica, no existe en el mundo sistema para vaticinarlo. Eso nos obligaba a tomar una serie de medidas desde el punto de Defensa Civil”, contó David.
Y explicó: “Cuando gendarmería nos dio la alerta temprana porque ya se había visto la erupción desde Samoré, justamente estábamos reunidos con Defensa Civil y con todas las instituciones que la integran. A partir de ese momento se conformó el Comité de Operaciones de Emergencia Municipal. Cruzamos al edificio de cultura y allí fue el inicio de todo”.
En aquel momento, se decidió que todas las actividades operativas que hacían a la erupción del Volcán se comandasen desde esa base. La inminencia del evento del cerro activo, ubicado a 37 kilómetros de Angostura, fue comunicada a todas las autoridades, nadie podía creer lo que estaba viviendo.
“El primer momento fue muy difícil porque estamos hablando de un mega evento, nadie está capacitado en teoría porque supera todo lo previsible. Semejante evento de golpe, donde empiezan a caer piedras, el cielo se transforma en un solo relámpago. Hubo que pensar con el Intendente mil cosas a la vez”, expresó Tressens a este medio.
David contó que se buscaba prever que era “lo que realmente caía del cielo, si iba a contaminar al agua. Nadie sabía realmente cuales eran las consecuencias reales de la precipitación de este tipo de material. No sabíamos de qué estaba conformado. Si podía ser tóxico, o no”.
Si bien en la teoría se manifestaba que “todo material que emana de un volcán es tóxico hasta los 10 kilómetros”, el actual concejal explicó que “se había llenado todo el panorama de dudas porque no sabían hasta qué punto era cierta la teoría”.
Allí, en la plena base montada de emergencia, se encontraban todas las fuerzas que integran Defensa Civil: fuerzas de seguridad, la policía, Bomberos, personal de Bosques. No era abierto al público. Sin embargo, de repente el pueblo angosturense salió a las calles y la solidaridad fue más fuerte que las cenizas que aún no terminaban de caer.
“Fue impresionante cuando a las pocas horas pedimos voluntarios y de golpe en el salón de la sala de la cultura yo observo que había dos maestras arriba de una tarima anotando y había más de 100 personas que habían venido como voluntarios”, comentó David. “Era una situación crítica y desastrosa, teníamos un decreto de Emergencia y éramos considerados como zona de desastre”, agregó.
El pasado secretario precisó que en aquel entonces todo fue “comenzar a pelear”, y por tal motivo, se arrimó mucha gente como voluntaria colaborando entre sí en el día a día. Incluso, había un equipo de trabajo con adolescentes alumnos de la Escuela local Jaime de Nevares, que “manejaban la carta de situación”.
“Fue impresionante verlos a los chicos con la naturalidad que trabajaban, toda la gente que realmente quería colaborar. Hay quienes estuvimos durante meses viviendo tanto en el COEM como en la Casa de la Cultura”, señaló Tressens, quien remarcó que está convencido que la mejor herramienta que tuvo Villa La Angostura y la sociedad fue la solidaridad: “fue lo que realmente nos posibilitó salir del desastre y de la situación que estábamos viviendo”.
David relató que en aquel entonces la sala de atención de emergencias funcionaba las 24 horas. Mientras los más chicos utilizaban computadoras y los teléfonos que encontraban, el vecino Patricio Betanzo instaló el Radio Club para lograr tener comunicación con el exterior.
“Estoy convencido que en este momento se acabaron las diferencias. Todos trabajaban. Se acabaron todo tipo de diferencias, estábamos todos debajo de una lluvia de ceniza, con las calles cortadas, con la ruta intransitable, era imposible una evacuación por el riesgo que generaba la posibilidad de perder vidas en la evacuación”, sumó el atual edil.
Mientras que nadie sabía el efecto de cenizas en la ruta, a las que David describe como un “dulce de leche” para transitar, el entrevistado añade además que este material era conductivo, por lo que el riesgo para los Bomberos y todo el personal era muy alto: “Todo fue un aprendizaje violento”, definió.
A 10 años de una verdadera catástrofe: ¿Qué aprendió Villa La Angostura?
Desde aquel momento, Tressens precisa que se trabajó “muchísimo en capacitaciones con los más chicos, en charlas técnicas en las escuelas sobre las posibilidades de un terremoto, erupción de volcán o avalancha”: “vimos en ese momento que surtió efecto porque las familias sabían, ante las cenizas, que hacer paras sobrevivir”.
“Es un aprendizaje que no se pierde, incluso la gente que va llegando a radicarse lo escucha, de alguna u otra manera porque nosotros los que lo vivimos en villa La Angostura tenemos una historia distinta, éramos 18 mil habitantes y todos lo vivimos de forma distinta, desde un ángulo distinto, desde el día de hoy se escuchan historias diferentes y cosas que desconocíamos”, recuerda David.
Y cierra: “Eso nos dio una capacidad de resiliencia muy importante y se ha visto durante todos los problemas que hemos tenido en estos últimos años. Inclusive en la pandemia. El Volcán nos ayudó muchísimo para enseñarnos, principalmente que la última palabra la tiene la naturaleza”